Un fuerte aguacero a las 2 de la tarde marcó lo que sería la romería de la presidenta de la República, Laura Chinchilla, ya que durante un par de ocasiones tuvo que ponerse su capa y apresurar el paso.
En esta oportunidad la Mandataria comenzó su caminata desde la Iglesia de Zapote, en donde un grupo del coro de la pastoral juvenil de Taras de Cartago le contó que ellos irían acompañándola durante el recorrido mientras entonaban cantos marianos, por lo que además le regalaron un juego de cánticos para que ella también se uniera a sus voces.
Durante el recorrido, especialmente niños y adultos mayores salieron a su paso para saludarla, situación que en ocasiones se tornó un poco incómodo para quienes la acompañaban, pero no por un tema de seguridad, sino porque algunos comenzaron a sentir síntomas de arratonamiento.
No obstante, para tranquilidad del equipo, dentro del grupo que acompañó a la mandataria se encontraba Warner Rojas, tico que escaló el Everest, y con su conocimiento en montañismo, estuvo atento a dar consejos para que nadie del grupo tuviera mayores contratiempos.
POCOS MINISTROS
A Chinchilla la acompañó el ministro de Comunicación Carlos Roverssi, quien llegó con su familia y la ministra de Economía, Mayi Antillón, así como algunos funcionarios del despacho. En el trayecto también se unió al grupo Miguel Carabaguíaz, presidente ejecutivo de Instituto Costarricense de Ferrocarriles, pero este lo hizo a partir de a partir de Cipreses de Curridabat.
Al inicio del recorrido, la mandataria comentó que la finalidad de esta caminata hasta la casa de la Virgen de los Ángeles, estaba más enfocada a darle gracias a La Negrita por haberla acompañado durante los tiempos difíciles que ha tenido su administración, pero sobre todo para poner al pueblo de Costa Rica a sus pies, para que siga llenándolo de bendiciones.
Aunque no faltó quien le gritara algunos fuertes epítetos, en general el sentir de quienes la vieron caminar fue de admiración, ya que en ningún lugar del mundo se ve que un mandatario camine por las calles sin mayor protección y como una devota más.
Cerca de las 8 de la noche, una hora antes de los previsto, la Presidenta llegó a la Basílica.