Soy una mujer de 34 años, vivo en unión libre. La pandemia fue muy difícil para mi familia y para mí porque mi abuelito, que era muy querido, se nos murió y fue de los primeros casos en el país. Yo pasé afectada emocionalmente, pero sentí que lo superé. Ahora tengo dos meses de que me siento triste y lloro sin razón. Esto me ha afectado también en lo sexual, porque no quiero tener nada con mi pareja. Yo lo quiero mucho, pero él piensa que no lo quiero por mis negativas.
– La pandemia ha sido algo muy dura para todos, y aunque gracias a la ciencia estamos logrando salir adelante, es probable que todavía sigamos lidiando con diversas consecuencias que nos hacen mella en el área emocional. Seres queridos que se nos fueron y a veces de una forma larvada y cruel son hechos muy difíciles de asimilar y es entendible que se experimente cierta labilidad afectiva.
Sin embargo, cuando esa sensibilidad emocional llega al punto de provocar tristeza y llanto espontáneo sin razón alguna, y esta persiste a lo largo del tiempo, es momento de buscar ayuda profesional porque es probable que se esté enfrentando un cuadro depresivo que suele afectar el convivio cotidiano, tanto con la pareja como con los allegados y también puede afectar el área laboral. Estos cuadros, además, suelen tener repercusiones sexuales, disminuyendo el deseo sexual, y dificultando la consecución del orgasmo.
En la actualidad, contamos con múltiples medicamentos muy efectivos que le permiten a la mayoría de los pacientes recuperar su estado anímico y su vida vuelve a la normalidad. Adicionalmente se reestablece la vida sexual. Desde luego, entre más rápido se consulte, más efectivo es el tratamiento.