A pocos minutos de abrir su establecimiento comercial, Franklin Gerardo Serrano Bravo, de 62 años, fue asesinado tras recibir varios impactos de bala en el centro de la ciudad de Cartago.
Las autoridades informaron que dos sujetos que ayuda de un cómplice ingresaron a la joyería Zafiro Azul, donde el comerciante se encontraba junto a dos dependientes, momento en que los amenazaron con armas de fuego.
Se presume que los gatilleros y el dueño del local habrían tenido un enfrentamiento, durante el cual le dispararon en varias oportunidades.
Tras el ataque los maleantes emprendieron la huida, sin embargo fueron detenidos por oficiales de la Fuerza Pública a pocos metros de la joyería.
Por su parte, los lugareños dieron aviso al Sistema de Emergencias 9-1-1, que despachó unidades de la Cruz Roja para que atendieran a los heridos.
Los paramédicos valoraron al herido, pero para ese momento ya no tenía signos vitales y lo declararon muerto dentro del establecimiento.
“Nos despachan a la valoración de un paciente, víctima de impacto de bala. Al llegar a la escena se aborda un paciente masculino de aproximadamente 63 años, el cual tiene un impacto de bala en el tórax. Al hacer la valoración se encuentra sin signos de vida”, comentó el cruzrojista William Pérez.
Los uniformados tomaron varias cuadras del centro de la ciudad, mientras llegaban los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) a tomar la escena del crimen y hacer la recolección de indicios.
El caso quedará en manos de los judiciales, quienes analizarán y confirmarán las causas que mediaron en el intento de asalto que le cobró la vida al comerciante.
DETENCIÓN
El Diario del Pueblo se enteró que los gatilleros tras herir a Serrano al parecer intentaron escapar, por lo que salieron corriendo para abordar un vehículo que los esperaba a 25 metros del local.
Al no poder subirse al automotor emprendieron la huida a pie por las calles de la Vieja Metrópoli y quienes presenciaron la fuga dieron la alerta a los oficiales de la Fuerza Pública.
Al recibir la solicitud de auxilio los uniformados desplegaron un amplio operativo, en el que lograron la detención de los dos gatilleros a 200 metros del lugar de los hechos.
Un tercer sujeto, el cual los esperaba dentro del vehículo en el que escaparían, fue detenido cerca de la joyería.
Los tres sospechosos fueron identificados por el OIJ con los apellidos McQuillan Gutiérrez, Rodríguez Mora y Mora Fallas, de 25, 20 y 27 años, respectivamente.
Cabe mencionar que Mora Fallas aparentemente debía esperar a los pistoleros para ayudarles a escapar, sin embargo los judiciales estudian esta versión.
En medio de llanto y dolor, los familiares de Serrano vieron cómo trasladaban a los delincuentes al Ministerio Público con su respectivo informe mientras les gritaban: “¡Malditos asesinos! Esto lo van a pagar”.
Este medio tuvo acceso a datos donde se indica que McQuillan fue sentenciado por robo agravado, delito por el que descontó 3 años y 4 meses de prisión en el CAI Jorge Arturo Montero.
DURO GOLPE
DIARIO EXTRA estuvo en el lugar de los hechos y conversó con algunos familiares del joyero, quienes se encuentran conmocionados por lo sucedido y piden justicia.
Waldemar Olivares Portuguez, cuñado del occiso, dijo sentirse muy afectado porque Serrano apenas empezaba a trabajar cuando lo atacaron.
“Me comentó mi hija, quien andaba aquí cerca, que a mi cuñado lo asaltaron en la joyería y lo mataron. Toda la vida trabajó en la joyería. A la vuelta tenía otra, pero la cerró y se quedó solo con una”, comentó.
Entre lo detallado por Olivares está que el comerciante se caracterizaba por ser una persona trabajadora, por lo que acostumbraba permanecer a diario en su local.
“Él vivía solo porque hace un año se le murió la mamá y construyó una casa nueva. Fue un buen cuñado, se llevaba bien con mi esposa y era trabajador. Todos los días trabajaba desde las 9 a.m. hasta la pura tarde, cuando cerraba”, agregó.
Olivares pide justicia a las autoridades y que los presuntos asesinos paguen por la muerte de su cuñado.
“A los muchachos que asaltaron ya los agarraron, que los dejen ahí y que se cumpla la ley como tiene que ser, pero desgraciadamente los agarran en la mañana y en la tarde los sueltan. Esperamos que esta vez haya justicia”, concluyó.
BUEN TÍO
Waldemar Olivares, sobrino de Serrano, en medio de lágrimas dijo no salir de su asombro al ver cómo le arrebataron la vida a su tío.
“Era bastante conocido en el centro de Cartago por la trayectoria con las joyerías, era bastante querido por la comunidad. Esto es un impacto muy grande porque nadie se lo esperaba.
Era una persona bastante tratable y bastante esforzada, ya que se dedicó a trabajar y no le daba problemas a nadie porque estaba enfocado en su negocio”, manifestó.
A su vez aprovechó la presencia de El Periódico de Más Venta en Costa Rica para denunciar la necesidad de contar con más seguridad en su provincia porque así como su tío muchos comerciantes son víctimas del hampa.
“Es increíble que siendo en el centro de Cartago la vigilancia tiene que ser 24 horas, no solo en las épocas donde hay más movimiento. Se debe tener más autoridad, no solo con los policías, sino con las leyes porque a veces atrapan las personas y a los días salen. Lo más duro es cambiar las leyes de aquí. Ya uno no anda tranquilo porque a cualquier hora le pueden hacer algo”, añadió.
GRAN SUSTO
DIARIO EXTRA habló con Heidi Montero, comerciante que tiene un local junto al Zafiro Azul, quien dijo estar muy asustada y conmocionada por lo sucedido.
“Venían dos sujetos de la esquina e ingresaron a la joyería, luego se escucharon uno o dos disparos. Yo pensé que se había quebrado la vitrina, pero curiosamente los dos muchachos que pasaron fueron los mismos que salieron corriendo, después fue cuando las chiquillas empezaron a gritar”, narró.
Agregó que en horas de la mañana vio a Serrano llegar en su vehículo, que estacionaba frente a la joyería, y cuando salió a comprar el desayuno.
“Tengo muchos años de conocerlo. Para uno es doloroso y saber que las chiquillas que trabajaron tantos años con él estaban supertraumadas pegando gritos. Iba con su desayuno apenas. Es lo que más le parte el alma a uno, pero vienen dos personas a las que no les cuesta nada a matarlo”, relató.
Montero dijo a El Diario del Pueblo que mantuvo una buena relación con el occiso.
“Tenía muchos años de tener el local. Todo mundo conoce a don Franklin. Era una persona que no se metía con nadie, en su trabajito hacía lo de siempre, si podía ayudar lo hacía”, acotó.