Tal como expliqué en un escrito anterior, Maslow distingue en su famosa escala motivacional dos órdenes de necesidades: de déficit (es decir, de falta) y de crecimiento. Entre las primeras y en orden de más a menos deficiencia: necesidades biológicas, necesidades de seguridad, necesidades de pertenencia y amor, necesidades de estima social y propia. Entre las necesidades de crecimiento y en el mismo orden: necesidades de realización personal, necesidades de conocimiento y comprensión, necesidades estéticas.
Pues, bien, las primeras necesidades, las de deficiencia, son más apremiantes y exigen una inmediata satisfacción. Esa satisfacción, en ambas clases de necesidad, se satisface en el orden de más necesidad a menos necesidad. Una jerarquización exigida por la misma naturaleza de las necesidades.
¿Pueden darse, no obstante, conflictos en la atención a las distintas motivaciones? El mismo Maslow responde que sí, y el conflicto se da cuando dos o más motivaciones chocan entre sí de tal manera que la satisfacción de una implica la negación de otra. Y el mismo autor distingue dos clases de situaciones, la simple y la múltiple. La primera ocurre cuando el choque es entre dos motivaciones simples: quiero comprarme un traje nuevo pero al mismo tiempo deseo ahorrar para lo más necesario de la casa. La múltiple se da cuando el choque es entre varias tendencias; por ejemplo, entre tendencias egoístas y altruistas, materiales y espirituales.
Ya se sabe, que en la satisfacción de las motivaciones de la escala de Maslow lo que se busca es la autorrealización del ser humano. ¿Y cómo incidirán los conflictos entre motivaciones en orden a ese fin? Porque es obvio que en todo conflicto motivacional se impone la negación de una o varias motivaciones: si me motivo a colaborar con la casa, he de renunciar a comprarme el traje; si me motivo por lo espiritual, he de sobreponerlo a lo material… Y así en otros tantos casos, especialmente en el campo de lo moral. A propósito, ocurre que el sometimiento a la ley exige la negación de un gusto, de modo que si cumplo la ley, contrarío el gusto y si lo complazco, incumplo la ley… ¿Qué hacer? ¿Cómo superar los posibles conflictos que se vayan presentando a la conciencia del ser humano en el proceso de su autorrealización?
En un próximo escrito, Dios mediante, la respuesta.