Los países con sistemas de salud avanzados, cuentan desde hace varias décadas con la posibilidad de la identificación e intervención temprana para las deficiencias auditivas que aparecen desde el nacimiento.
En Costa Rica, varios profesionales de la audiología y la otorrinolaringología han soñado desde hace varios años con esta posibilidad. Hoy es un placer anunciar que esta se ha logrado mediante la aprobación del Expediente #17.175 Ley de Tamizaje Auditivo Neonatal Universal, el miércoles 22 de mayo del 2013 en segundo debate y por unanimidad en la Comisión Plena Segunda de la Asamblea Legislativa.
Cabe destacar que este proyecto fue elaborado y presentado por la exdiputada Sandra Quesada Hidalgo, de Cartago, en el período anterior 2006-2010, con apoyo de la exministra de Salud, Dra. María Luisa Ávila, el Dr. Julián Chaverri Polini, MSc. José Raúl Sánchez y otros.
Esta decisión confirma a Costa Rica, como un país con un sistema de salud de alto nivel. Es el primer país de Centroamérica en contar con esta normativa, para detectar y atender oportunamente la sordera en los recién nacidos.
La estrategia del Tamizaje Auditivo Neonatal Universal (TANU), consiste en la temprana atención del problema, una vez que se ha encontrado un neonato con pérdida auditiva, considerado como uno de los más grandes logros en el cuidado de la salud auditiva.
Antes del establecimiento de estos programas, la edad promedio de diagnóstico de una pérdida auditiva congénita era de 2 años y medio, en los casos de pérdidas leves podrían pasar desapercibidas hasta la edad escolar. El propósito de las estrategias de tamizaje auditivo neonatal es detectar la deficiencia auditiva antes del tercer mes de vida, así como confirmar el diagnóstico e instaurar el tratamiento antes del año de edad.
La detección tardía de un problema auditivo y el resultante retraso en la instauración del tratamiento, trae consecuencias negativas. Los niño(a)s con pérdidas auditivas que no reciben un pronto y adecuado tratamiento, no desarrollarán lenguaje oral, por lo tanto se muestran severamente impedidos durante el primer y segundo año de vida, que es la época crucial para el desarrollo de las habilidades lingüísticas.
No obstante, los avances en tecnología han aportado herramientas confiables, válidas, rápidas, económicas y fáciles de usar, que permiten evaluar la audición de los recién nacidos antes de que egresen del hospital, con resultados satisfactorios en el desarrollo del lenguaje oral y del habla.
Finalmente, en nuestro país nacen aproximadamente 72 mil niños al año y está comprobado que la pérdida auditiva es la discapacidad más frecuente entre los recién nacidos. Según las estadísticas de organismos mundiales de salud, de cada 1000 niños recién nacidos, es frecuente encontrar entre 1 y 3 con deficiencia auditiva permanente y de grado significativo.
*Director Ejecutivo Asociación Salvemos el Río Pacuare