El “pacheco” que está pegando y las fuertes lluvias fueron aprovechados por el nicaragüense Aldo Larson Mayorga, de 39 años, para ir a calentarse con unos cachirulazos al bar El Botecito, en Muelle de San Carlos.
Ya entrado en calor el extranjero decidió irse para la casa, nadie supo más de él. Al rato se escuchó un bombazo y todo el tendido eléctrico que se movía en la zona.
De pura carambola nuestro corresponsal Ronny Ordóñez, quien vive cerca, andaba haciendo unas diligencias y se mandó a ver lo que había ocurrido.
“Yo escuché un bombazo y luego vi cómo los cables del tendido eléctrico se movían, salí corriendo y vi a una persona tirada en media calle y un carro que estaba chocado contra el poste.
Alertamos a la Cruz Roja de Ciudad Quesada, que mandó al paramédico Alonso Corella, quien encontró una víctima de atropello”, comentó Ordóñez.
“Al hacer la revisión del caso determinamos que tenía lesiones mortales, no presentaba pulso ni respiración y estaba regada la masa encefálica en la calle, por lo que lo declaramos muerto en el sitio”, narró el socorrista.
En un principio se pensó que el del vehículo que chocó contra el poste lo había matado, pero esta versión fue descartada por las propias autoridades al hacer el chequeo del carro y verificar que no había otros golpes.
El conductor, quien prefirió no ser identificado, contó que casi no veía nada por el aguacero, además que en ese lugar no hay fluido eléctrico y menos luminarias en la vía, cuando vio el bulto tirado en la calle para no golpearlo giró la dirección del carro y terminó chocando contra el poste.
Se alertó a las autoridades de la Fuerza Pública, pues definitivamente otro vehículo fue el responsable de matar al nicaragüense, quien seguro se mandó a cruzar la carretera y con el baldazo que caía no lo vieron y le quitaron la vida al instante.
Al final no fue posible dar con el responsable del atropello, quien todavía se encuentra en fuga. Larson era peón agrícola y vivía en el barrio San Josecito.