Frente a la gente luce muy feliz. Ayer, por ejemplo, el atleta Laurens Molina bromeó que tiene bien aceitados los tres tornillos de casi 4 centímetros que le implantaron en sus muñecas, pero en el seno familiar o cuando está solo este ejemplo de deportista pasa llorando.
Así ha sido desde el pasado jueves, cuando se accidentó mientras entrenaba, con el lamentable saldo de quedar con ambas muñecas fracturadas. Sí, esas que son como sus piernas.
“ME ENTRA LA MELANCOLÍA”
“Sinceramente sí me pongo un poco triste y me da mucha ansiedad, me está dando mucha hambre de estar ahí sin hacer ejercicio y lo debo controlar, si no en pocos días me veré afectado, pues yo mido 1,20 metros.
Yo lo tomo con calma, pero no oculto que a veces en horas del día me pongo triste, me pongo a llorar y me entra la melancolía de ver cómo cambia la situación de uno”, dijo.
DIARIO EXTRA le preguntó ¿llora todos los días? A lo que respondió: “Sí, todos los días y a cada momento, pero a partir de hoy ha bajado un poco esa actitud, pues ya me puse las piernas y eso me pone contento”. Pasó cinco días sentado en la cama, lo que para él fue muy duro.
Su idea es competir el 3 de noviembre en la Maratón de Nueva York y lo ve posible porque en dos semanas nadará todos los días, como parte de la rehabilitación.
“No quiero arriesgar ni hacer nada precipitado, quiero hacerlo bien y ganar la competencia, no terminar en el lugar 50. Como uno dice popularmente, \’no quiero ir a pelármela\’. La primera competencia irá dedicada a todos los que rezaron por mí”, declaró.
LAURENS ES SENTIMENTAL
Pero Laurens además de tener a sus padres cuenta con un gran apoyo, su esposa Marlen Montero, quien nos dijo cómo han soportado esta situación.
“Ha sido bastante duro desde que tuvo el accidente porque él siempre ha sido muy activo y nunca le ha gustado que le hagan las cosas. Esta vez tuvo que asimilar y ceder.
Ya decidió ponerse las piernas y lo veo que asimila, pero para él es un reto. Ha pasado el reto que le está dando el cielo y es una prueba más que ha superado. Laurens es bastante sentimental, aunque no parece.
Cuando está rodeado de personas él como que se despista y controla la ansiedad, pero cuando queda a solas con nosotros, en la noche, oramos, entonces él expresa su sentimiento de frustración, pues es dinámico y no le gusta estar quedito.
Él llora y se comunica con la voz bastante quebrantada, pero creo que gracias a Dios avanza bastante bien”, comentó esta bella mujer, con quien el deportista está casado desde hace cinco años.
También recibe el apoyo de los dos hijos de ella, Kendall y Melany, así como los dos de ambos, Amanda y José Andrey. Desde lo más profundo del corazón, Marlen contó lo que siente por su amado.
“Lo que me llena de orgullo es esa fuerza que tiene y Dios lo envió a este mundo con un propósito y es motivar a las demás personas que no tienen ninguna discapacidad. Como él dice, la discapacidad la tenemos en la mente”, agregó.
En confianza no siente que Laurens tenga discapacidad, “pues hace de todo y hasta me ayuda en la casa. Él lava platos y me ayuda a cocinar, es bastante bueno cocinando, hace espagueti en salsa blanca y le quedan deliciosos”.