También se les conoce como las Fiestas Típicas Nacionales, que cada enero entre lomos y espuelas abren el crisol de la cultura guanacasteca. Después de dos años pandémicos volvieron.
Son montas de toros, no corridas. Se celebran en Santa Cruz de Guanacaste, durante una semana, con un pueblo que no duerme por los festejos y que tampoco deja de asistir a las actividades con el Cristo Negro, cuyo día festivo es el 15 de enero. En Alajuelita, también sus fieles veneran esta imagen de Jesús Crucificado.
En el Santuario Nacional de Santa Cruz, como se le reconoce al templo por albergar al Señor de la piel oscurecida, entre otras leyendas por el humo de las velas encendidas a sus pies por los peregrinos, el fervor de estos guanacastecos es único, es su Cristo, el negro… el de Esquipulas.
De regreso a las taurinas, las típicas nacionales más allá de las espuelas y pretales, nos dan con una excelente organización cátedra de lo que es la monta guanacasteca y la entrega de utilidades con fines sociales.
Cada jornada de toros en la plaza Los Mangos se ofrece una gama de estilos de monta: “guapeada” (lomo y cuello), criolla de pretal en bramadero (el toro se prepara dentro de redondel); cara pa’ atrás, albarda y la tradicional en manga. Casi nadie monta con casco o chaleco protector, lo hacen por la libre.
En la plaza solo vaqueteros están autorizados a socorrer o distraer, con arriesgadas maniobras, en momentos apremiantes, al montador o a los improvisados. Esos cuatro jovenzuelos, cuero en mano, se preparan durante meses en una faena en la que está prohibido el uso de capotes.
La barrera y los tablados acogen a un público, con libre ingreso al principal escenario de piso duro, al que llegan algunos con los coyoles entre pecho y espalda o con las “espirituosas” a mano armada.
En los alrededores de la plaza, a rienda suelta los conciertos de marimbas y cimarronas, aderezan esta bella fiesta, donde queda demostrado que se pueden realizar en las montaderas transmisiones televisivas libres de humoristas, redonderos narradores o locuciones trilladas. Ahí llegan los que saben, que como bien lo dice el convaleciente primo “Cachimbeto”, los toros agarran fama o cogen cama, y sumo a los montadores.
En el parque “Bernabela Ramos”, la cultura criolla presente, con sus artistas, bailes, vestuarios comidas, que solo se sienten, viven y degustan al calor de una comunidad santacruceña, en sus típicas nacionales del Cristo Negro.