El origen de la toronja no se conoce con exactitud, aunque numerosas investigaciones señalan que se trata de un cruce natural entre el naranjo dulce y el pummelo (una especie diferente) producido en Barbados, en las Indias Occidentales.
Tiene características muy particulares tanto en su forma como en su sabor. Combina la forma de una naranja grande y el color amarillo de un limón, aunque también existen variedades de color verde, semejante a la piel de la lima. Su sabor es menos dulce que el de la naranja, menos ácido que el del limón y algo amargo.
Se puede consumir sola ligeramente endulzada con miel, azúcar o endulzantes artificiales.
El vinagre obtenido del mismo es excelente, aunque caro.
La cáscara es rica en pectina, por lo que se emplea en la elaboración de conservas de otras frutas.
El aceite esencial obtenido de la cáscara es rico en limoneno (hasta un 90%); obtenido por prensa o destilación, y una vez reducido su alto contenido en monoterpenos, se utiliza como saborizante para bebidas gaseosas.
Es una fuente importante en vitamina C, beta-caroteno y bioflavonoides, es una fruta muy recomendada para la prevención del cáncer, además de ser considerada primordial en una dieta saludable para evitar las enfermedades cardiovasculares.
Incrementa las defensas del organismo porque ayuda a mantener en óptimas condiciones el sistema inmunológico, previniendo infecciones y resfriados, sobre todo en los niños.
La toronja fresca fortalece a la digestión y al sistema urinario. Colabora con el metabolismo de las grasas y limpia el hígado. Ayuda a tener una piel sana y radiante. Mejora la circulación de la sangre, al mismo tiempo que refuerza los capilares y da elasticidad a las paredes arteriales. Es muy efectiva contra las várices. Es un fuerte aliado en la lucha contra la anemia, pues ayuda a que el hierro de los alimentos se absorba mejor. Su poder alcalinizante mejora la artritis, la gota y otros procesos reumáticos, pues facilita la eliminación de las sustancias tóxicas implicadas en estas afecciones (por ejemplo, las sales de ácido úrico) y es un buen remedio contra los problemas de encías.
Se recomienda para curar la diabetes, la hipoglicemia y algunas enfermedades de los ojos.
Su contenido vitamínico se usa también para curar la inflamación de próstata.
COMO EXFOLIANTE
Para lograr que tu piel luzca radiante, se recomienda tomar un vaso de jugo de toronja antes del desayuno y otro antes de irse a dormir. Eso sí, debes esperar a que hayan pasado un mínimo de dos horas desde la última comida fuerte.