¿Cuándo consultar?
Los problemas de erección afectan a cerca de la mitad de la población masculina en nuestra sociedad. Hoy sabemos que, si el hombre consulta apenas nota las primeras fallas, resultará más fácil superar esta disfunción. Por lo tanto, es muy importante estar informado.
En un inicio, la impotencia se conceptualizó como “la incapacidad repetitiva para conseguir o mantener una erección lo suficientemente firme, que le permita al varón tener una relación sexual satisfactoria”. Esta definición clásica, sin embargo, debe complementarse con otros conceptos.
Muchos hombres se percatan de su problema de erección en otras áreas de la sexualidad, al darse cuenta de que no consiguen una erección adecuada con las caricias o los acercamientos sexuales, o porque ya no tienen esas erecciones reflejas a lo largo del día y, sobre todo, en la mañana.
Es justo en ese momento cuando debe consultar. Muchos consienten las fallas sexuales porque todavía pueden mantener relaciones sexuales y creen que el problema no se agravará. En realidad, hoy la ciencia es clara en señalar que, en la mayoría de los casos, los problemas de erección son graduales y progresivos. Por consiguiente, el varón debe estar atento a evaluar su respuesta sexual. Recordemos que la erección debe ser firme, pétrea, intensa, dura.
Cuando se vuelve floja, débil, blanda, esto indica que el reflejo de la erección está falseado, que alguna enfermedad está afectando la función sexual y es cuestión de tiempo para no conseguir ni tan siquiera una erección parcial.
La erección normalmente responde a la máxima del “tire y pago”, es decir, la erección dice presente de manera intensa en cuestión de segundos. Cuando, por el contrario, son necesarios largos periodos de estímulos, de muchas caricias y toqueteos, es hora de consultar.
La firmeza de la erección puede fluctuar durante el acto sexual, pero es motivo de consulta si se observa que cuesta mantenerla, que un cambio de posición o cualquier distracción es suficiente para perderla. En muchos casos, es imposible lograr una nueva erección o se requiere de una faena prolongada de estímulos para volver a alcanzar la erección perdida.
Otra señal de alarma es cuando, una vez concluido el acto sexual, se necesita mucho tiempo para conseguir una nueva erección. Es normal que transcurran unos minutos y hasta una hora, pero, si se tiene que esperar varias horas y hasta días, probablemente se esté incubando una alteración.
Merecen atención especial las erecciones reflejas, aquellas que suceden a lo largo del día y de la noche, de manera involuntaria, sin estar pensando en un contenido sexual, y que suelen aparecer justo al despertarse. Su ausencia o disminución debe ser motivo de consulta.