El país recuerda el paso de Francisco Dall’Anese por la Fiscalía General. Dos expresidentes declarados inocentes estuvieron presos, denuncias contra don Francisco por compra de testigos y por información selectivamente filtrada por el Ministerio Público a La Nación.
Recientemente Dall’Anese ha sido reseñado en medios de prensa por videos perdidos en el caso de un banco público y supuestas ofensas a los fiscales Juan Pablo Miranda y Melisa Quirós.
Sin embargo, hay una faceta que empieza a hacerse muy conocida del exfiscal Dall’Anese, muy publicitadas por La Nación. Don Francisco litiga en un medio de comunicación en casos de denuncias de abuso sexual contra menores de edad, casi todos ellos asociados a separaciones conflictivas. Es que lo que es incapaz de ganar en la corte, sale corriendo a ver qué le publica en el mismo medio para enderezarlo. Uno de esos casos es el mío, el otro es del exfutbolista rojinegro.
El 17 de octubre de 2021, en La Nación se tituló a doble página: “Mamá pide justicia por hijo víctima de abuso sexual”. En él se atacaba la integridad del sistema judicial, todos jueces de familia, Ministerio Público, no le hacían caso a la mamá abnegada. El diario omitió indicar que la mamá anonimizada que pedía justicia es una periodista que trabajó en ese diario durante más de 10 años, tampoco hizo el menor esfuerzo para contactar y escuchar la versión del papá.
En ese reportaje La Nación afirmó haber tenido a la vista un contundente dictamen de una perita experta privada pagada por la mamá denunciante que daba fe del abuso sexual sobre el que el medio de comunicación además dictaba sentencia: el niño fue abusado. En ese mismo artículo, el señor Dall’Anese exigía que se investigara porque la denuncia había sido desestimada.
El Ministerio Público para complacer a La Nación decidió reabrir el caso, practicar más pruebas y realizar unos pequeños ajustes en la investigación. Uno de esos cambios fue nombrar a una fiscal ad hoc para llevar adelante la catorceava entrevista que le hacían al niño en el Poder Judicial a ver si ahora sí decía algo. Trece veces no había dicho nada. Cinco dictámenes emitidos por el Poder Judicial recomendaron que no se entrevistara más al niño. Es evidente que se trata de una disputa parental dijeron al unísono todos los expertos. El Ministerio Público los despreció, se tenía que hacer sí o sí otra entrevista. Solo que la fiscal ad hoc no tenía agenda disponible sino 8 meses después. Así funciona el Ministerio Público, unos trabajan el dos de enero y otros no tienen agenda disponible en casi 1 año.
No es de extrañar que La Nación no le haya contado a Costa Rica algunos detalles que se han conocido del caso. Por ejemplo, el informe de Adriana Barboza Rojas, la perita experta reseñada por La Nación, resultó ser un fraude a tal punto que el Tribunal de Honor del Colegio de Psicólogos no tuvo otra opción que suspenderla por 3 años del ejercicio profesional. Doña Adriana ni es perita ni es experta como informó el medio, es una psicóloga que en su tesis de grado exhorta a los hombres a terminar con los privilegios conferidos por el patriarcado. Una de las razones de la suspensión como profesional fueron dictámenes precisamente emitidos por el Poder Judicial con ocasión de unos videos aportados por la cliente de Dall’Anese a la Fiscalía donde aparece junto con la “psicóloga experta” manipulando al niño y ofreciéndole camisas de Paw Patrol, tardes de pelis, palomitas de maíz y confites si decía algo contra el papá. Aparentemente esos videos aún no se han perdido.
Tampoco La Nación le ha contado al país que esa falsa perita experta en abuso sexual, que les trajo su experiodista, es socia e íntima amiga de Samaria Calderón Montero, otra psicóloga que en 2017 fue acusada por el ente gremial por ejercicio ilegal de la profesión. Doña Samaria también aportó unos videos de sus sesiones de trabajo que lo único que confirman es el modus operandi de estas mafiosas que implantan memorias falsas en los niños. Se oye decir al niño de 5 años “papito, te amo, ¿porque no puedo verte?”. A este otro papá en 2017 le dictaron sobreseimiento.
El grupo de 3 o 4 “psicólogas expertas” en implantar memorias falsas está ahí en la calle traficando con dictámenes falsos para atacar el sistema heteropatriarcal. En España las llaman las Talibanes de Género. Tampoco La Nación cuenta que la fiscal ad hoc que nombraron para hacerle la entrevista al niño resultó taggeada días después de hacer una entrevista abusiva al niño en un grupo de amigas con la mamá denunciante, la mejor amiga y dos testigos de la mamá. “Apoyándonos somos más” le decía la conspicua fiscal ad hoc a sus amigas.
No es de sorprender que la entrevista realizada por la Fiscal ad hoc sea una barbaridad. Ante preguntas cerradas y directas, el niño de 5 años durante 12 minutos le dijo a la fiscal de género expresamente y de todas las formas posibles que el papá no le había hecho nada, pero la fiscal ad hoc se esmeró en ponerle palabras al niño que nunca dijo, darle las respuestas y hasta corregirlo en una entrevista en la que el niño hasta se sabía de memoria el nombre de la fiscal que lo iba a entrevistar. “Mi mamá ya sabía que usted se llama Andrea”, le dijo el niño al iniciar la entrevista. Quince minutos duró el niño diciendo que no quería seguir, que se quería ir. La fiscal ad hoc lo despreció.
El 1 de noviembre de 2021 en La Nación salió otro caso a doble página en donde Dall’Anese actúa como abogado después de varias desestimaciones y sobreseimientos. El caso refiere a una denuncia contra un exfutbolista de la Liga Deportiva Alajuelense.
El exfutbolista es Leonardo Vega Acuña, al contar su historia aparecen los mismos ingredientes, separaciones conflictivas, psicólogas privadas, mamás procedentes de familias disfuncionales con dictámenes psicológicos que revelan sus problemas de personalidad, sobreseimientos y de repente la aparición del señor Dall’Anese y sus métodos: una publicación en La Nación sin oír al papá: “Mamá reprocha lenta justicia para su hijo abusado”; curiosamente también hubo videos desaparecidos, cambios de fiscal, al niño le hicieron cinco cámaras de Gessell, hasta que el niño dijera lo que se quería y finalmente una condena por el testimonio de un niño que recuerda perfectamente lo que su papá le hizo hace 9 años cuando él tenía tan solo 2 años.
La tolerancia del Poder Judicial y la complicidad de La Nación en estos dos casos representan una grave violación a los derechos de los niños, un daño emocional muchas veces irreparable como el que ocasiona la implantación de memorias falsas por psicólogas incompetentes y el sometimiento a lo largo de su niñez a procesos judiciales, pero especialmente una violación del niño a su derecho a una familia.
En España las denuncias falsas de abuso como estrategia de litigio y venganza se han convertido en un problema social y ya se está criminalizando a mamás y psicólogas que utilizan a los niños como armas contra sus exparejas. Por el contrario, en Costa Rica, con un publirreportaje en La Nación patrocinado por don Francisco, todo se acomoda.
Lo que sí es cierto es que el karma existe. Nunca se sabe cuándo las falsas denuncias pueden tocar las puertas de la casa, incluso las del exfiscal general.