En una entrevista a finales del año anterior el fundador del PAC incurrió en argumentaciones absurdas y sinrazones que no deben quedarse sin ser rebatidas. La ideología no es ciencia. No hace falta ser economista para darse cuenta de que las ideas enarboladas por el exdiputado no siguen la más elemental lógica científica, aun cuando las repitan algunos y otros participen en el debate con “ideas” y tácticas terribles.
No oculta su admiración por el modelo chino. Curiosamente no compara las excelentes habilidades planificadoras de los chinos con las políticas improvisadas, las ocurrencias de último minuto y los proyectos estúpidos del PAC en los últimos seis años. Si se trata de imitar lo realizado por el país asiático, el tema de comparar unas políticas con otras resultaba vital, caso contrario evidencia una admiración infantil y sinrazón de ser.
Afirma el economista que el tamaño del Estado no representa una variable de peso en la crisis fiscal. Esto contradice el consenso de otros muchos economistas. Resulta aun más contradictorio respecto a lo que el propio Solís propuso en años anteriores, con esto me refiero al buen plan CERRAR. En dicho programa se reducían planillas y se evitaba la duplicidad de funciones de muchos organismos del Estado. Sin embargo, parece que Solís olvidó todos esos hechos.
Según este político, el grueso de la crisis se debe a los presupuestos públicos. Esta idea desconoce por completo una serie de importantes variables que, según otros economistas, inciden también en el problema. La evasión y la elusión fiscales, el escaso crecimiento económico y la pésima recaudación representan graves causas de la crisis. Sin embargo, Solís omite tales elementos en su análisis. Además, olvida un dato obvio: el presupuesto es realizado por el Poder Ejecutivo, o sea por su propio partido, si aduce que la mayor causa es el presupuesto, ergo su partido tiene por mucho la mayor cuota de culpa en los males económicos actuales. En esto último podemos concordar, pero merced a más argumentos.
Los adefesios conceptuales no terminan ahí. Coloca Ottón Solís al presidente Alvarado como un héroe por, supuestamente, entrarle de lleno al tema fiscal. Nada más alejado de los hechos. El raquitismo económico y el desempleo atentan contra el fisco, porque obviamente no se puede recaudar lo que no se genera. Ya en 2018 estos desafíos afectaban gravemente al país. Sin embargo, Alvarado perdió el tiempo con temas irrelevantes. Luego se atrevió a impulsar una política como la descarbonización, claramente atentatoria contra el crecimiento de la economía. Y como si fuera poco nombró a Paola Vega en el área de generación de empleo en su programa de gobierno; siendo que la señora Vega no sólo no contaba con experiencia en el sector empresarial, sino que provenía de un partido de extrema izquierda, por definición políticamente alérgico a la empresa privada. La historia habló por sí sola. Vega no ayuda a generar empleos en el país, pero sí tiene tiempo de sobra para llevar a cabo una repudiable cruzada política, claramente totalitaria, contra las Obras del Espíritu Santo; en unos hechos que solo han sido denunciados con valentía por el diputado Jonathan Prendas y unos pocos más.
Y la más reciente concesión de Alvarado a los sindicatos del MEP de nombrar a dos mil cocineras como funcionarias públicas confirma la total responsabilidad del gobierno con respecto a la crisis. Ni “con el agua hasta el cuello” dejan de “hacer piñata”. Pero para Ottón el presidente es un “héroe”, ¿A qué obedece tanto yerro analítico? Peor aún, después trascendió otra ignominia: el proceso secreto de la convención colectiva de Recope, más despilfarro.
Tacha Solís a quienes nos oponemos al PAC de estar matriculados con escuelas políticas y económicas de derecha ya superadas. Esto también se argumenta a contrapelo de los hechos. Economistas de izquierda, sindicalistas y también Rescate Nacional han dicho, con fundamento, que una de las raíces de la crisis es la fortísima evasión fiscal. Todas estas personas pueden estar equivocadas en su análisis global de país, pero en ese aspecto en particular parecen tener la razón. Sin embargo no se ha emprendido nada por acabar con esos graves problemas. De hecho, inexplicablemente, se rechazaron escáneres donados por China, los cuáles hubieran sido de grandísima ayuda. No señor Solís, no se equivoque, las duras críticas a las administraciones del PAC provienen de todo lado y tienen buena base, aun cuando vengan de distintos sectores. Porque actores sociales disímiles con teorías y diagnósticos diferentes convergen en algo muy básico y obvio: la pésima y dañina actuación del PAC en todo este tiempo. Hay distintas tareas perentorias, que sean defendidas por sectores incluso antagónicos no demerita su urgencia. Pero debido a clientelas políticas con unos y otros, el PAC nunca cumplirá con esas tareas.
Y la “cereza del pastel” de la entrevista a Ottón Solís fue su hincapié en proponer más impuestos. La más elemental lógica llamaba a primero cobrar bien los impuestos que había en tiempos anteriores. Porque antes del 2018 se sabía de los grandes problemas para hacer valer las leyes y recaudar los tributos. Esto por no hablar del contrabando. Así el asunto ni siquiera pasaba por el eslogan izquierdista de “que el rico pague como rico y el pobre como pobre”, antes se requería hacer bien la labor para medir si de verdad hacía falta otro paquete tributario. Sin embargo, se procedió a un paquetazo fiscal que en nada resolvió el déficit. Aprobar más impuestos, en un contexto de desempleo rampante y crisis equivale a poner al país a “dispararse a los pies”. Combátase la evasión fiscal y lúchese contra la irresponsable ampliación del Estado.
Todos estos adefesios conceptuales fueron dichos por Ottón Solís en su entrevista, que por cierto le resultó muy cómoda porque aconteció en un medio afín al PAC. De hecho, la entrevista duró casi diez minutos. Fueron evidentes las contradicciones y los deseos de elogiar a lo peor que le ha pasado a Costa Rica en doscientos años, o sea la era PAC (como muy bien dice el diputado Érick Rodríguez).
Posiblemente veremos luego la táctica de las focas y los troles afines a ese partido político. Esa táctica es de sobra conocida y consiste en insultar y decir mentiras masivamente en redes sociales. La última es la estupidez de que el Covid fue el responsable de la crisis, cuando en realidad antes de marzo 2020 el desempleo era del 12%. Sin embargo, no podemos quedarnos callados. Tanto los argumentos espurios de Ottón como las campañas de actores políticos preocupantes deben ser rebatidos en el ejercicio democrático.