Según el Informe de Política Monetaria del Banco Central de Costa Rica con fecha de octubre del 2024, se proyecta un aumento de la economía nacional de apenas un 3,9% en 2025. Para salir del tercer mundo, el país necesita tasas de crecimiento mayores al 6% sostenidas durante unos 15 años. Una del 3,9% es baja, mediocre y revela la mala política económica de este Gobierno.
Según el Índice de Libertad Económica que publica The Heritage Foundation las naciones con mayor libertad de este tipo poseen tasas más altas, niveles de ingreso más elevados y niveles de pobreza mucho más bajos, comparado con aquellos donde existe una mayor intervención gubernamental.
Este concepto se entiende como aquellas economías en las que imperan en gran medida los mercados libres.
Las naciones clasificadas como “economías libres” poseen un ingreso de más de US$100.000 por año, las “mayormente libres”, de US$61.000; y las “moderadamente libres”, como Costa Rica, tienen un promedio de apenas US$32.000.
Por su parte, las que cuentan con un mayor nivel expresan un porcentaje de apenas 1,9% de su población viviendo en pobreza multidimensional, mientras que las que tienen menos poseen un 15,4%.
El país puede fácilmente aumentar al 6% y superar la pobreza que en este momento agobia al 18% de los habitantes. Para ello, necesitamos gobernantes que se “compren la bronca” e implementen los cambios necesarios para que la nación llegue a clasificar como “economía libre”.
Para crecer al 6% o más es necesario reducir los impuestos, cerrar la mayoría de las entidades públicas que no sirven para nada, disminuir significativamente la burocracia, romper la obligatoriedad de cotizar a la Caja, llevar todos los aranceles a cero (libre comercio), cerrar el Banco Central (quitar la potestad que tiene el gobernante de emitir dinero y permitir la libre oferta y demanda), acabar con el Fondo Especial para la Educación Superior (que las universidades se financien con la matrícula), sustituir los regímenes de pensiones de reparto por los de cuentas individuales, como en Chile, y romper monopolios (Recope, Fanal), monopsonios (ICE en el mercado de generación eléctrica) y oligopolios (sistema financiero, mercado de seguros y operadora de pensiones) creados por ley.
En la década de 1950, Hong Kong, Singapur y Costa Rica tenían un nivel de ingreso y pobreza similar. Ambos países apostaron a la libertad económica y hoy son economías de primer mundo. Costa Rica se arriesgó al Estado benefactor, el gigantismo estatal, las empresas públicas, el proteccionismo, etc. Hoy seguimos pobres y en el tercer mundo.
Solo con mercados libres y quitando la burocracia del camino podremos conquistar la prosperidad.