La Policía de Control de Drogas (PCD) es el único cuerpo de policía adscrito al Ministerio de Seguridad Pública con facultades represivas de investigación para combatir el narcotráfico y la criminalidad organizada y judicializar a los capos de las mafias nacionales que, al servicio de las mafias estadounidenses, mexicanas y colombianas, están dedicadas al negocio vil e ilegal del comercio y exportación de drogas ilícitas, así como al lavado e inversión de dinero sucio.
Su historia es una gesta de casi 30 años, llena de sacrificio, valentía y heroísmo al servicio de la libertad y la democracia. La PCD, actuando junto a nuestra Fuerza Pública y el OIJ (en el ámbito del Poder Judicial), constituyen una de las más firmes garantías que tiene nuestra sociedad para que no terminemos en un país fallido y dominado por esas poderosas y criminales mafias. Sobre todo, por la excepcionalidad y singularidad de Costa Rica de sólo contar con Fuerzas Policiales al mando estricto de civiles y sometidas al imperio de la ley.
Escuché la denuncia de los oficiales de la PCD y he leído con atención las explicaciones del ministro Mario Zamora y del viceministro y a cargo de las Operaciones Especiales. Es un cambio muy fuerte de estrategia y creo que, ambos, como funcionarios altamente capacitados y de experiencia, han asumido con seriedad una responsabilidad y que la misma se debe respetar. Démosle tiempo al tiempo. Las explicaciones ofrecidas han mejorado la percepción original de que se desmantelaba el fundamental trabajo de la PCD. No es así. Se trata de un nuevo enfoque de investigación y acción policial.
Lo que sí me ha sorprendido es la solicitud a la PCD, de parte del Departamento de Información Tecnológica del Ministerio de Seguridad Pública, para que la estructura de información confidencial de ese Cuerpo de Policía sobre usuarios, informantes, administradores y sus claves, sea suministrada a ese Departamento Administrativo. Esa información de la PCD es altamente sensitiva y entregarla equivale a hacerla pública y del conocimiento de las mafias del narcotráfico, con grave peligro para los policías, sus investigaciones y personas civiles involucradas. Eso es inteligencia policial pura y dura de naturaleza confidencial y debe ser restringida estrictamente por la PCD.
La situación de seguridad es, hoy por hoy, la amenaza más grande del país y pone en peligro hasta nuestro sistema de vida en libertad y democracia.
Hago un patriótico llamado al presidente Rodrigo Chaves y al ministro de Hacienda, para fortalecer el presupuesto y transferirle los recursos que por leyes específicas le corresponden al Ministerio de Seguridad Pública. A la vez, reitero la urgencia y necesidad de un enfoque y de soluciones reales de política pública que sean integrales en lo social y educativo y no solo POLICIALES.
¡Está en juego Costa Rica y la Fuerza Pública no puede seguir sin el presupuesto correcto y necesario!