Marta Acosta, contralora general de la República, sin duda alguna fue uno de los principales personajes políticos durante 2024.
Esta licenciada en administración de negocios, de 65 años, ha estado en la palestra pública por ser una voz disonante ante las decisiones del presidente de la República, Rodrigo Chaves, y principalmente la Ley Jaguar.
Sin embargo, Acosta también ha señalado irregularidades en procesos relacionados con la compra de escáneres y el manejo de fondos en el Sistema Nacional de Radio y Televisión (Sinart), Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y
Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
En Casa Presidencial ha sido calificada como “faraona”, “generadora de miedo” y “bruja de los cuentos”.
Otros calificativos que le han endosado son “burocrática” y “cogobernante” al servicio de los partidos tradicionales.
Incluso la diputada y vocera del oficialismo, Pilar Cisneros, la calificó como el principal obstáculo del Gobierno al frenar el avance de proyectos como Ciudad Gobierno y la terminal de cruceros en Limón.
No obstante, sectores de la oposición aseguran que ha sido garante de transparencia en materia de fiscalización del buen uso de los recursos públicos, además de promotora de la transparencia y la buena gestión financiera del Estado.