RECIFE, BRASIL.- Andrés Iniesta hilvanó el fútbol en el arranque de España en la Copa Confederaciones, que derrotó a Uruguay con una hora de exhibición futbolística y goles de Pedro y Soldado, en lo que era un recital de la campeona del mundo que acabó con final tenso por un golazo de tiro libre de Luis Suárez (2-1).
España brilló en el arranque de un nuevo sueño. El reto de conseguir el único título que falta a la mejor generación de futbolistas de su historia no pudo comenzar mejor. Exhibió su estilo de juego, especialmente en una primera parte para enmarcar.
Dueña del balón, dando un recital de toque y desmarque, asfixiando a Uruguay hasta provocar su pérdida de identidad.
El fútbol que asombra al mundo transformó los silbidos iniciales del Arena Pernambuco en sonidos de admiración. Comenzaron por Iniesta, que ofreció una de esas clases magistrales sobre el césped. Lección a cada balón que tocó. Con un socio como Cesc que hizo todo bien.
Las ganas de exhibirse de la Roja en Brasil, la tierra del fútbol, provocaron un monólogo. El poste evitó el primer gol a los 10 minutos. La profundidad de Alba acabó en un pase a Cesc tras dejar pasar Iniesta el esférico por debajo de sus piernas. El derechazo lo repelió la madera. Muslera sacó como pudo un disparo de Iniesta antes de aliarse con la mala suerte en el primer gol del juego. En esta ocasión el disparo de Pedro a un rechace de un saque de esquina golpeó en Lugano y desvió su trayectoria hacia la red.
Cuando el partido se endurecía llegó la jugada del partido. Iniesta se deslizó para sacar un contragolpe al espacio, Pedro dio continuidad con velocidad, Cesc apareció entre líneas y Soldado colocó en la escuadra el remate. España durmió el partido, lo puso en el congelador.
En el segundo tiempo y cuando el juego se despedía llegó la emoción con el gol de Luis Suárez a dos minutos del final. Remate perfecto, inalcanzable para Casillas, pero no había tiempo para más. El duelo de campeones del mundo fue para España.