El Ministerio de Educación Pública (MEP) no sale de una y cae en otra peor. Hace una semana estallaba el escándalo de las pruebas que terminó con la renuncia de la jerarca y en cuestión de días una indecencia peor reventó por decisiones que se toman a lo interno de la cartera.
La noticia de la publicación de textos eróticos en la Revista Conexiones del MEP llegó a muchos costarricenses el fin de semana y la gran mayoría externó su molestia e indignación, pues más que erótico, se trataba de literatura porno, así como lo exhibió DIARIO EXTRA en su edición del sábado.
Difundir extractos de un libro que en su portada debería tener la advertencia que solo debería ser leído por mayores de 18 años, es un acto vulgar, desquiciado y hasta malintencionado.
Pese a que esta revista se proporciona a personal docente y otras ramas administrativas del Ministerio, por ningún lado se ve la verdadera conexión y objetivo de las atrocidades que se publicaron con el público meta.
Lo curioso es que su autor es un cubano, y hace pocos meses se anunciaba el convenio entre Costa Rica y Cuba. ¿Será acaso que parte de ese trato era reproducir esas novelas en revistas oficiales del gobierno?
De ser así, no hay mucho de qué extrañarse, pues quien hoy gobierna este país acostumbraba en sus “años de escritor” a difundir lo que él llamaba poemas o cuentos, muchos de los cuales tenían un tinte muy similar al que el MEP usó en la revista.
Para quienes quieran excluir a la exministra Giselle Cruz, les tenemos la noticia que esa publicación el Ministerio la emitió en junio pasado, cuando la señora todavía estaba a la cabeza de la cartera, entonces si quiere sumarle un fiasco más a esta funcionaría, hágalo y, por si fuera poco, ella sigue en un puesto administrativo en su nueva oficina en Paseo Colón, viendo cómo desde su despacho hizo trizas esa dependencia en cuestión de meses.
Es inaceptable que quieran darnos con cuchara ideologías de género, que quieran “educar” al gremio de maestros con pornografía cubana de las cavernas y que pregonen la protección a las personas contra los abusos, cuando en el pasquín que se inventaron promueven el sexo con drogas por la libre y pretenden que eso sea trasmitido a las nuevas generaciones por medio de funcionarios del MEP.
Es una sinvergüenzada, una inversión innecesaria, una indecencia lo que el MEP hizo y pretendió con la porno cubana, incentivando antivalores, cuando se debería impulsar aspectos que hagan de nuestros ciudadanos mejores personas.