La exactriz de cine porno, Stormy Daniels, fue llamada a declarar como testigo este martes en el juicio a Donald Trump, acusado de comprar su silencio sobre una supuesta relación extramatrimonial, que ha sentado en el banquillo al primer expresidente de Estados Unidos.
La actriz, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, recibió $130.000 dólares en la recta final de la campaña electoral de 2016, que el magnate ganó frente a Hillary Clinton.
El pago se hizo pasar como gastos legales de Michael Cohen, entonces abogado de Trump, para ocultar una relación que habrían mantenido diez años antes, que el exmandatario siempre ha negado.
El actual candidato republicano a volver a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre se verá forzado a presenciar la declaración de esta testigo clave que ha sido la causa del juicio al magnate, acusado de 34 falsificaciones de documentos contables para disfrazar el pago.
El pago en sí no es ilegal, pero está en causa la manera en que se hizo ya que fue Cohen quien puso de su bolsillo el dinero y después el magnate se lo devolvió haciéndolo pasar como gastos legales de su empresa familiar Trump Organization.
El lunes, los fiscales interrogaron a Jeffrey McConney, un ejecutivo de la Organización Trump que explicó al jurado sobre dichos reembolsos.
Además de Daniels, de 45 años, se espera que Cohen, actual enemigo jurado de Trump, también suba al estrado de los testigos de la fiscalía, que la víspera anunció que prevé dos semanas más para concluir sus interrogatorios.
Desde el 15 de abril el magnate republicano, que denuncia ser víctima de una \”caza de brujas\”, se sienta en la destartalada sala del Tribunal Supremo de Manhattan donde los testigos han arrojado luz sobre las bambalinas de su campaña electoral de 2016 frente al jurado popular que sellará su suerte.
De ser declarado culpable, podría ser condenado a la cárcel, aunque ello no impedirá que asuma la presidencia del país si gana en noviembre a su actual rival, el presidente Joe Biden, a quien culpa de estar sentado en el tribunal de Manhattan en lugar de haciendo campaña.