Sobre el tema de extender la vida “útil” de los buses que cumplan 15 años, se ha desatado una gran discusión, pues diputados del Frente Amplio y líderes de la ANEP se oponen a esa ampliación. Pero la verdad es que esos personajes andan con la “venta de humo” (argumentos sin conocimientos técnicos, ni estudios financieros integrales del sector autobusero).
Pero todo este asunto se generó a partir de la petición del sector autobusero, ante las instancias del gobierno (MOPT-CTP), dado que, tras los momentos más críticos por la pandemia, la cantidad de usuarios bajó considerablemente, lo cual impactó las finanzas de gran parte de empresas de autobuses de la GAM. Entonces, ahora esas empresas no están en buen momento para endeudarse con la compra de buses nuevos.
En un reportaje publicado en Diario Extra, el 22 de diciembre del 2022, titulado “ANEP se opone a proyecto autobusero”, Albino Vargas, secretario de ANEP, expresó: “El proyecto va a incrementar el riesgo para todas las personas que usan este tipo de autobuses. El peligro se incrementa para diferentes personas con algún tipo de discapacidad. Es un proyecto que en definitiva incrementará las tarifas, los buses viejos van a ocupar un aseguramiento especial”.
Además, Luis Jiménez, activista, dijo: “Las personas de Canatrans en una conferencia estuvieron comentando algunos argumentos que no son válidos, hay personas que están incentivando para que haya buses de más de 15 años, nosotros queremos decir no más, no podemos dejar que nos sigan pasando por encima”.
En el mismo reportaje, se tomaron las opiniones de algunas personas con alguna discapacidad física, y aunque algunas de sus protestas pueden ser válidas en cuanto a alguna falta de comodidad para los pasajeros con alguna limitación, eso no tiene vinculación con el asunto de la vida útil de los buses. Luego cabe mencionar que, actualmente, las leyes o reglamentos de transporte permiten que los buses de servicio público, tras cumplir los 15 años de servicio, puedan servir por 5 años más en el transporte de estudiantes, sin embargo, ni los legisladores del Frente Amplio, ni dirigentes de la ANEP o personas de otros sectores que se consideren vulnerables, se han referido sobre tal aspecto.
Otra cosa, uno mismo a veces puede observar buses de modelos muy recientes pero en pésimas condiciones, o sea, con ventanas trabadas, asientos dañados, la parte externa llena de raspones, golpes, con crujidos en el motor o caja de cambios (por falta de reparaciones), en cambio hay buses más viejos en excelentes condiciones, es más, actualmente se puso de moda restaurar buses hasta con 30 años de antigüedad que hacen viajes digamos que recreativos, y estos buses hasta han aprobado la revisión técnica vehicular.
Además, las buenas condiciones de un autobús dependen de una buena gestión fiscalizadora del CTP y de la Aresep ante las denuncias de los usuarios cuando noten que un bus circula con evidentes fallas mecánicas (ruidos extraños), con asientos deteriorados y otros daños estructurales.
También se debe considerar, que en cada autobús se debieran evaluar cada 5 años, el historial y tipo de ruta donde da el servicio (urbana e interurbana o de largos recorridos), las condiciones topográficas, la frecuencia de viajes, así como mantener una evaluación profunda (no rápida como la que se hace actualmente en las estaciones de revisión técnica) realizada por ingenieros mecánicos y electromecánicos (costeados quizás por la Aresep), que determinen las condiciones reales de las unidades, y luego expedir una certificación ante el CTP o la misma Aresep.
Esto sí sería útil, pues aquí el aspecto del desgaste general no tiene relación con la antigüedad de cada autobús. Entre otras cosas, en el sitio web de un diario de circulación nacional, aparece una publicación con fecha del 16 de diciembre del 2022 titulado “Frente Amplio frena extensión de vida útil para autobuses”; entonces en dicho reportaje Silvia Bolaños, directora ejecutiva de la Cámara de Transportes aseveró:
“El 30% de la flota actual tiene menos de cinco años, mientras que el 39% tiene entre cinco y diez años de servicio. Finalmente, el 24% tiene una vida útil que está entre diez y 15 años y un 7% ya cumplió los 15 años de trabajo. Esto implica, que sería un reducido grupo de autobuses los que tendrían una extensión de la vida útil”.
Conforme a lo expuesto por Bolaños, en estos momentos gran parte del sector autobusero está en una situación complicada. Pero, retomando el tema de la oposición de algunos sectores, se sospecha que hay intereses a favor de poderosos importadores de buses nuevos, que se verían afectados de aprobarse una reforma de ley o reglamento que permita la circulación por unos años más, a los autobuses que lleguen a los 15 años (en otros países los buses tienen permisos de circular hasta por 20 años). Esperemos que en este debate se imponga el raciocinio, y no pasiones políticas ni intereses solapados.
*Escritor y comentarista de temas cotidianos