A Fernando Cruz Castro, magistrado de la Sala Constitucional desde 2004, lo eligieron presidente de la Corte Suprema de Justicia este miércoles.
Cruz Castro, quien sucederá a Carlos Alberto Chinchilla Sandí, asegura que con él no inicia una nueva era pues es un sombrero muy grande, sin embargo hará el mayor de los esfuerzos para recuperar la confianza en el tercer poder de la República.
A continuación, las palabras que Cruz Castro ofreció a la prensa tras resultar electo.
¿Qué posición tiene sobre eliminar el secretismo en los procesos disciplinarios de los magistrados o altos funcionarios en el Poder Judicial?
– Hay una norma constitucional que establece que la votación es secreta. Eso no es que los magistrados hemos votado tener esa privacidad. Hay que hacer una reforma a la Constitución, evaluar la razón a esa norma, pero no es un secretismo porque la Corte haya decidido que sea secreto. De antemano señalaría que no es una opacidad decidida por Corte, sino decidida por la Constitución, eso me parece que es importante. Unos compañeros en Corte Plena hicieron manifestaciones para hacer un cambio a la Constitución, pero eso requiere redefinición porque no todas las votaciones secretas o privadas son inconvenientes, tienen razón de ser. Por ejemplo, ahora la votación era secreta, yo no sé cómo votaron mis compañeros, eso me parece bien, porque así no hay ninguna presión entre compañeros para saber cómo es que votaron, entonces vea que el ejemplo es que no siempre que una votación es secreta es síntoma de una opacidad corrupta.
Su nombramiento vence en dos años, ¿cree que en ese tiempo podrá realizar las reformas que necesita el Poder Judicial?
– Del futuro no sé qué puede ocurrir. Lo que sé es que me quedan un poco más de dos años, pero es que la agenda ya está cubierta. Hay 10 proyectos que desde hace tres o cuatro meses se proyectaron o se determinaron y esa sería una tarea prioritaria para hacer en los próximos meses. Hay otras cosas que están por hacerse, pero yo creo que ya en cuanto a esa agenda está clara en las distintas comisiones. De hecho, una de ellas ya está completa, que es para la creación de la carrera procesal y una modificación en relación al informe del fiscal general.
Usted buscaría una reelección…
– Tengo que pensarlo porque no me fue muy bien la vez pasada.
¿Cuáles serán los principales proyectos a trabajar para sacar al Poder Judicial de la crisis en que está?
– No hay que perder la perspectiva de que todo esto surge por una serie de procesos disciplinarios al que reaccionó el Poder Judicial, pero sí es importante ajustar algunos elementos normativos y administrativos para conjurar lo que originó algunos de los problemas, entre ellos obviamente el tema de un proceso disciplinario que es privado. Sobre eso propuse una reforma que no requiere reforma constitucional ni legal, que es que se reciba el informe y los alegatos de la defensa oralmente antes de que la Corte se retire a generar una sesión secreta y una votación secreta, eso se puede hacer en poco tiempo.
¿Y en cuanto a los proyectos y prioridades?
– Sin duda alguna no hay que ignorar que el Presidente es un coordinador entre los iguales, pero las reformas son las que ya están planeadas entre ellas: un código de conducta de los funcionarios judiciales que tienen algunas disposiciones que no estaban contempladas antes, el tema de la carrera fiscal, el tema de la distribución de atribuciones entre Corte Plena y el Consejo y el fortalecimiento de la carrera judicial y otras cosas que están pendientes y que están a cargo de las distintas comisiones, que se han venido reuniendo y que se interrumpió un poco por todos los procesos que hemos tenido a lo largo de los últimos dos o tres meses.
La votación donde usted resultó electo puede generar dificultades en cuanto al consenso.
– Creo que el problema no es el consenso, sino la agilidad para establecer una conclusión de los proyectos porque es un órgano colegiado y ya entre dos personas es complicado. Yo creo que la votación puede reflejar alguna fisura, pero forzosamente no establece la existencia de grupos confrontados como para que no se logre un acuerdo, porque además todos somos compañeros de mucho tiempo y creo que sobre ciertos proyectos la mayoría hemos llegado a tener una perspectiva global de qué sucede en el centro. Creo que el problema siempre es la dinámica en la discusión de 22 personas, pero yo no vería en la votación, puede ser que haya una fisura, pero no veo que eso sea determinante.
Sobre la elección y relección de los magistrados, ¿cómo recuperar la división de los poderes?
– Las normas constitucionales están ahí de vieja edad, lo importante sería hacer algunos ajustes, ya ha habido informes que señalan que en el procedimiento no hay transparencia, tiene deficiencias y amenazas, pero eso le corresponde al Parlamento hacerlo. No hay duda que esas deficiencias en la elección de magistrados incide en el Poder Judicial, porque como lo dije hay lazos constitucionalmente reconocidos entre el Parlamento y el Poder Judicial; eso es inevitable y creo que hay que tener una dosis de realismo, pero no dejar de señalar que hay graves deficiencias en el tema de la escogencia de los magistrados.
¿Estaría dispuesto a buscar cambios en cuanto al tema salarial?
– Yo creo que eso lo tendríamos que establecer, pero en términos generales el 90%, para decir una cifra, de todos los rubros salariales obedecen a criterios técnicos, pero uno podría discutir eso… Cómo se puede valorar lo que debe ganar un técnico sobre un perito del OIJ o un perito médico, son muchos oficios y muchas funciones, entonces yo creo que si uno lo toma en términos generales parece que es mucho dinero, pero eso no quiere decir que en una evaluación concienzuda no se pueda determinar que algunas cosas requieren ajustes.
Algunos magistrados propietarios le tiran la bola a suplentes para no votar temas álgidos como matrimonio igualitario o Uber. ¿Qué opina al respecto?
– Yo no puedo decirle cuál va a ser mi posición porque tengo que votar esos asuntos, y en lo que corresponde a la Sala Constitucional ya dijimos que los íbamos a votar, pero no puedo señalar como una posición general porque ahí se traduciría eventualmente un criterio sobre cómo vamos a votar. Sí creo que hay un problema, que es que cuando los magistrados propietarios se excusan pasa a los suplentes y los suplentes muchas veces tienen las mismas razones por las cuales se inhiben los propietarios, pero eso es un tema general que habría que abordar con una reforma.
¿Hace un llamado a la Asamblea para que se nombren a los magistrados que hacen falta?
– Yo no quisiera inmiscuirme en una cuestión de esas, no obstante que se ha tardado entiendo que es parte de la dinámica política compleja de un parlamento muy atomizado y eso hace difícil llegar a consenso para 38 votos.
¿Qué pasa con las presiones que quedan de grupos dentro del Poder Judicial que tenían relación con magistrados que ya no están?
– Primero que no me atrevo a decir que por mi elección es una nueva era, me parece que es un sombrero muy grande, y en segundo lugar yo no desataría una persecución contra nadie, excepto que esté en un proceso disciplinario. Me parece que no correspondería ni a una visión judicial ni de derechos fundamentales que yo inicie una campaña de descalificación a alguien, salvo que eso esté traducido en un proceso disciplinario.
¿Qué medidas piensa implementar para devolverle credibilidad al Poder Judicial?
– Algunas medidas pueden variar el tema de credibilidad. La credibilidad se recobra lentamente dependiendo de las decisiones que vayamos tomando, porque no es algo como mágico, que por tomar algunas medidas eso se recobre como por arte de magia. Hay que hacerlo conforme vayan pasando las semanas y podamos ir demostrando la moderación y la prudencia en esto. Lógicamente fue un proceso tan complicado como el enjuiciamiento de una Sala penal, con ese tipo de modelo procesal se nos hace muy difícil tener a los ojos de la ciudadanía una aprobación. Por eso creo que ese procedimiento hay que reformarlo para que sea más transparente sin que sea forzosamente transparente en todas las decisiones, por ejemplo la deliberación de un tribunal en ningún lugar, por lo menos en nuestro ordenamiento, es pública, ni la votación. Sí hay que saber cómo votó cada juez, eso es una reforma que hay que hacer.
En medio de la crisis fiscal, ¿están dispuestos a adoptar medidas como las que ya toma el Ejecutivo?
– Son dos cosas, uno es cierto que hay una crisis fiscal, es un hecho evidente e incuestionable, pero también está por medio la independencia de poderes. Nosotros no podemos homologar porque tampoco son homologables las medidas tomadas por el Ejecutivo frente a los funcionarios con distintos deberes y obligaciones, pero eso no quiere decir que se pueda estudiar algún tipo de medida que sí se pueda adoptar. Lo de que adopten en la administración no pueden, por lo menos en principio, imponerlo a nosotros, el Poder Judicial, pero sí es un punto que hay que valorar. Es cierto que hay una crisis fiscal, que hay que adoptar ciertas medidas, hay algunas que ni siquiera son homologables porque las funciones laborales son distintas a las del Poder Judicial.
¿Cuáles son las principales presiones que enfrentan los jueces?
– Hay amenazas del crimen organizado. Hay debilidades a veces en la forma en que el Parlamento elige a los magistrados de cúpula. Hay señalamientos muy precisos sobre debilidades en ese procedimiento y también a veces se proponen medidas de reforma constitucional, que pueden ser lesivas a la independencia judicial y el ambiente que hemos tenido no es para discutir reflexivamente las reformas que se proponen, pero siempre hay una tensión porque no se comprende muy bien el sentido de la independencia. Le voy a poner un caso que yo lo dije, los jueces ordinarios en Costa Rica tienen un nombramiento vitalicio, es decir solo se destituyen por causas fundadas en faltas disciplinarias. Los magistrados no son así, es una decisión política, pero no hay duda de que el plazo de duración de un juez está muy íntimamente vinculado a la independencia, que no solo es por la forma en que se elige sino por la forma en que se mantiene en el cargo.