Hace poco se difundieron dos informes con datos espeluznantes que coinciden: América Latina apenas produce el 4% del conocimiento mundial. Con ello se confirma que esta región del mundo seguirá siendo siempre el Continente del futuro, pero no del presente. Los avances sustantivos en ciencia y tecnología, los inventos que revolucionan el planeta (y generan valor añadido a los productos de intercambio), se generan en otras partes: en Sillicon Valley de California, en el Max Planck de Alemania, en los centros de investigación de Tokio, Seúl, y últimamente en Beijing. En París y en Londres. Pero no aquí. Seguimos siendo un exportador esencial de productos primarios, y en pleno siglo XXI, no hemos mucho por cambiar eso. Igual que en el siglo XIX.
Hace poco se difundieron dos informes con datos espeluznantes que coinciden: América Latina apenas produce el 4% del conocimiento mundial. Con ello se confirma que esta región del mundo seguirá siendo siempre el Continente del futuro, pero no del presente. Los avances sustantivos en ciencia y tecnología, los inventos que revolucionan el planeta (y generan valor añadido a los productos de intercambio), se generan en otras partes: en Sillicon Valley de California, en el Max Planck de Alemania, en los centros de investigación de Tokio, Seúl, y últimamente en Beijing. En París y en Londres. Pero no aquí. Seguimos siendo un exportador esencial de productos primarios, y en pleno siglo XXI, no hemos mucho por cambiar eso. Igual que en el siglo XIX.
¿Cómo transformar eso? Déjenme presentar otra simple estadística del Banco Mundial del 2014, referida hace poco por Alejandro Rebossio, investigador argentino. EE.UU. invierte el 2,9%. Canadá invierte en I+D el 1,8% de su PIB. China, el 1,7%. Francia, el 2,25% y Alemania, el 2,82%. Indonesia solo el 0,08%. Italia el 1,26%. Japón el 3,36% y Corea del Sur el 3,74%. Noruega, ejemplo de país rico en petróleo, pero también en desarrollo tecnológico, el 1,69%. Rusia el 1,16%. España el 1,39%. Reino Unido el 1,76%.
Mientras, América Latina invierte muy pobremente, casi nada. Con la excepción de Brasil, el resto del continente invierte poco, y algunos países andinos y centroamericanos, simples migajas. El resto de esta columna es simple estadística, fríos números que evidencian cuán lejos estamos de hacer aportes sustantivos al planeta en ese campo. Y cuán lejos también de uno de los requisitos esenciales del desarrollo.
PaísInversión I+D
Brasil1,16
Chile0,62
Colombia0,62
Cuba0,60
Costa Rica0,50
Uruguay0,43
México0,40
Chile0,37
Ecuador0,26
Panamá0,19
Bolivia0,16
Argentina0,60
Perú0,15
El Salvador0,08
Guatemala0,06
Paraguay0,06
Nicaragua0,05
Honduras0,04
R. DominicanaSin datos
VenezuelaSin datos
ordonez@icgweb.org