La construcción de una Ciudad Gobierno, al sur de San José, debe asumirse como un proyecto país. Igual a como los presidentes José Joaquín Rodríguez y Rafael Iglesias, a fines del siglo XIX, construyeron nuestro Teatro Nacional.
De esa extraordinaria obra, las crónicas de los viajeros de la época decían que… “San José era una aldea, alrededor de un teatro, igual o mejor que el de las principales capitales de Europa”. Eso dice muchísimo del liderazgo y la visión histórica de los dirigentes políticos de aquel entonces y de los cafetaleros que financiaron esa monumental obra arquitectónica y artística.
La diferencia, ahora, en esta segunda década del siglo XXI, es que NO se necesita un impuesto al café, ni ningún otro, para financiar la Ciudad Gobierno y construir otra extraordinaria obra arquitectónica de varios edificios en los patios del MOPT, al sur de San José.
La necesaria fuente de repago son los mismos altos alquileres que paga el Gobierno de la República en edificios privados, y esa suma basta y sobra para pagar a 20 años plazo un financiamiento internacional o incluso interno, con un acuerdo pragmático entre los bancos estatales. Hasta se ahorrarían fondos públicos. Los terrenos son propiedad del Estado y están libres de polvo y paja. Solo falta planificar en detalle una obra visionaria, demoler y construir.
Otros países lo han hecho. Washington fue construida para ser la capital de los nacientes Estados Unidos, a fines de la guerra de Independencia. Brasilia, en los años 50 del siglo XX, es el resultado del liderazgo del presidente Juscelino Kubitschek y del genio de Oscar Niemeyer que revolucionó la arquitectura mundial de ese tiempo. Más recientemente, en Ecuador, el gobierno de Rafael Correa construyó en Quito la Ciudad Gobierno, financiada con recursos preferenciales y a largo plazo de China.
¿Por qué no hacer lo mismo en Costa Rica? Eso es hacer historia. Apoyé la idea del anterior Gobierno y ahora, de la misma forma y con entusiasmo, apoyo la construcción de la Ciudad Gobierno, que el presidente Rodrigo Chaves ha puesto entre las prioridades de la agenda nacional de su Administración.
La Ciudad Gobierno resolvería problemas estructurales y operativos fundamentales del Estado y contribuiría al engrandecimiento de San José, generaría empleo en los tres años de construcción y activaría los importantes factores económicos involucrados, un reposicionamiento del valor propietario y muchísimos emprendimientos privados adicionales. Eso significaría reactivar en serio la economía de Costa Rica y embellecer nuestra ciudad capital.
No faltarán, claro está, los pesimistas y los señores del sempiterno NO. Pero la obra sería visionaria, patriótica y su costo es perfectamente financiable. Lo único que se necesita es liderazgo, ejecutividad, transparencia y firmeza.
¡Pensemos en grande! Hagamos realidad esta idea como proyecto país y hagamos de la Ciudad Gobierno un símbolo de belleza y legítimo orgullo costarricense, como lo es nuestro Teatro Nacional.
…Y usted qué opina?