El expresidente ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Álvaro Ramos, negó que dicha institución esté quebrada, tal como aseguró el presidente de la República, Rodrigo Chaves.
En comparecencia ante la Comisión de Ingreso y Gasto Público de la Asamblea Legislativa, Ramos negó que la Caja esté al borde del precipicio, sin embargo, consideró que está en situación compleja
“La Caja no está quebrada ni está en situación delicada en corto plazo. ¡La información que yo tenía era esa! No estaba en una situación compleja. Si usted deja los 1.050 Ebais y no los aumenta, la Caja puede seguirlos financiando por unos 10 o 15 años. Somos una población que está envejeciendo y, desde un punto de vista de brecha, la atención se va a ampliar, entonces debería tener 1.400 Ebais. Aun así, no quebraría”, señaló.
Según Ramos, la deuda del Estado a la Caja alcanza ¢2,6 billones.
Una semana antes, la actual presidenta de la institución, Marta Eugenia Esquivel, señaló desconocer el monto total de dicha deuda.
“El Estado sí la puede pagar.
Teníamos varios escenarios: consideramos arreglos de pago y habíamos visualizado que el Estado tenía que pagar 1,1% del Producto Interno Bruto (PIB) de forma anual”, mencionó ante los diputados.
“Habíamos planteado que ese sería un buen esquema de pagos por una década. Hoy no se está cumpliendo nada. Hay una brecha que se incrementa día a día, pero la Caja no está quebrada”, añadió.
Incluso, Ramos consideró que debía tener un diálogo nacional con los diputados de la República para avanzar con el tema de cancelación de la deuda, sin embargo, no se pudo por su destitución.
“Puede ser que haber exigido el pago a la Caja junto con el aumento de pagos de salarios a los empleados de la Caja hayan incidido en mi salida”, reflexionó.
SIN ACCIONES
Ramos señaló que le presentó el plan de pago al presidente Chaves, a la exministra de Salud (Joselyn Chacón) al ministro de Hacienda (Nogui Acosta) y a los dos vicepresidentes (Stephan Brunner y Mary Munive).
“Acosta y los vicepresidentes lo vieron con buenos ojos. La posición del presidente fue ambigua, pidió ajustes y, aun así, no le dio luz verde. Se lo mandé a Pilar Cisneros y a Natalia Díaz, no pude verlo con ellas porque no me permitieron estar en el cargo. Al final, todo estaba en manos del presidente”, mencionó.
CUESTIONA FRENO
Otro punto cuestionado por Ramos es que la actual jerarquía institucional haya suspendido la ejecución de obras.
“Con los números financieros que yo vi y con el análisis del Departamento de Planificación, jamás habría suspendido las obras. Nunca habría tomado esa decisión”, dijo ante los diputados.
“Yo quería cerrar la brecha en Ebais, a nivel de los hospitales, porque tiene mucho que ver con la cantidad de especialistas. Además de credibilidad, la Caja necesita mística (…) Se podía retomar el rumbo de la Caja y poner 3 temas. Yo estaba convencido de que se podía mejorar el control de corto, el modelo de atención de salud en los mecanismos, priorizar atención primaria, yo estaba dispuesto a privilegiar Ebais y servicios hospitalarios y primer nivel de atención. Lo mismo con el EDUS, todo se podía hacer con recursos. Queríamos dar mejor gestión en activos e infraestructura, pero no se permitió”, mencionó.
“Este era parte del plan para atender de mejorar la gestión y, en simultaneo, pagarle a la Caja, pero no se pudo”, agregó el expresidente.
SIN ACUSACIÓN
Ramos reveló que nunca fue denunciado por el Gobierno por el aumento de ¢7.500 a los trabajadores de la Caja.
En diciembre del 2022, el presidente Chaves señaló que acusaría a Ramos por “mal manejo de recursos públicos”, sin embargo, la denuncia nunca salió de Zapote.
“No he sido notificado ni acusado de nada”, concluyó el expresidente de la Caja.