Luego de que DIARIO EXTRA diera a conocer el secuestro de un ciudadano estadounidense que viajaba en un vehículo Porsche Cayenne Turbo, el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Walter Espinoza, confirmó el delito después de que recibieran la denuncia.
Se trata de William Sean Creighton Kopko, conocido como Tony, de 43 años, quien es naturalizado costarricense, vive con su familia en Santa Ana y dirige un negocio de apuestas en San Pedro, Montes de Oca, donde lo vieron por última vez al salir de su oficina.
Ese 24 de setiembre, se montó solo en su carro y a las 10 p.m. fue interceptado en el sector de Granadilla, Curridabat, por dos pistoleros en motocicleta, quienes lo apuntaron.
El que iba atrás en la moto lo bajó y lo subió al taxi, donde esperaban dos compinches, para trasladarlo hasta su sitio de cautiverio.
Mientras que un sujeto, al parecer de raza negra, que se cubría la cabeza con un casco de motocicleta, se llevó el Porsche hasta el sector de San Francisco en San Isidro, Heredia, donde lo chocó intencionalmente contra un muro de concreto y un portón metálico a un lado de la vía que da ingreso a una propiedad privada.
El sospechoso dejó el carro tirado, el cual ubicaron oficiales de la Fuerza Pública, quienes se comunicaron con la Policía de Tránsito, que le bajó las placas. Este hombre tendría un buen manejo de inglés, ya que el empresario casi no habla español.
Fuentes confidenciales mencionaron que la mente maestra del secuestro sería un hombre que practica karate y artes marciales mixtas, que se estaría acompañando de oficiales de seguridad que simulan delitos, inclusive participaría un recluso aportando ideas.
LLAMADA QUE ATURDE
A las 3 a.m. del 25 de setiembre, la costarricense esposa del gringo recibió una llamada telefónica de los captores, quienes parecieran ser ticos, y le dijeron que lo mantenían en cautiverio, para volverlo a ver con vida tenía que pagar recompensa cuanto antes, por lo cual le permitieron expresarle que estaba bien.
Ante la situación tan acongojante que vive la fémina, quien es considerada la principal sospechosa, contrató a un grupo de ex agentes del FBI para que ayuden a buscarlo, mientras la policía judicial continúa sus averiguaciones de forma paralela para conocer los movimientos y bienes que tienen los allegados a Tony.
Sin pensarlo dos veces la desesperada mujer accedió a las peticiones y condiciones de pago, por lo que depositó, al parecer, $950 mil en moneda virtual (sólo se intercambia de forma electrónica, para lo cual se utiliza una red de computadoras, normalmente conectadas a Internet, y un sistema de valor almacenado digitalmente).
A las 9 a.m., decidió ponerse en contacto con el OIJ e interpuso la respectiva denuncia para que se empiece con las averiguaciones, así lo confirmó el jefe policial durante una conferencia de prensa.
“De acuerdo con la denuncia esa persona no llegó a su casa el 24 de setiembre, estamos en un proceso de determinar el paradero y en contacto con la esposa. Después de la denuncia no hemos recibido llamadas para pedir recompensa por Tony.
La familia se hace acompañar de dos personas, a quienes ellos mismos identifican como especialistas en investigación y ciudadanos estadounidenses, que estuvieron dos días aproximadamente y luego se fueron del país o no aparecieron en el OIJ”, explicó.
Walter Espinoza afirmó que ubicaron el carro, pero no necesariamente en el lugar donde desapareció el estadounidense.
“El caso tiene sus particularidades y la familia no nos ha dado información de si tenía o no alguna amenazada, hay muchas posibilidades de que aparezca, tenemos que entrevistar a muchas personas que han estado abiertas a colaborar.
Estamos construyendo paso a paso lo que sucedió, no tenemos claro los motivos ni el recorrido que hizo desde que salió del trabajo hasta que lo abordaron, normalmente la gente se asusta por el caso y contratan asesores”, acotó.
RASTRO IMPORTANTE
Trascendió que el secuestrado portaba una computadora portátil y un teléfono celular que los delincuentes sustrajeron y los empeñaron, sin embargo la policía los recuperó para analizarlos con ingenieros en informática y buscar alguna información que lleve a dar con el paradero del empresario, quien ese día vestía camisa roja y pantalón negro.
La búsqueda se ha concentrado en Sarapiquí, Siquirres, Guápiles, Guácimo y Limón, sin que hasta el momento se tenga alguna pista de dónde podría estar, inclusive no se descarta que permanezca en la capital custodiado con gente que anteriormente estuvo vinculada con extorsiones y secuestros de ciudadanos chinos.
CELOS EN INVESTIGACIÓN
El Periódico de Más Venta en Costa Rica conoció que los investigadores son exoficiales del FBI que aún permanecen en nuestro país ayudando al OIJ en las averiguaciones del caso, sin embargo pareciera que ese gesto no se ha tomado del todo bien.
Al parecer los exagentes gringos buscaron armas de fuego para su seguridad mientras estuvieran investigando, pero no compraron y fueron abordados por la policía. No se descarta que la detención de ellos en Guayabo de Curridabat obedezca a que creían que los ex FBI usaban pistolas ilegales.Luego de que todo se aclarara, los oficiales de la Fuerza Pública los dejaron ir para que continuaran con las pesquisas. Llama la atención que la alerta no ingresó por el sistema de emergencias 9-1-1, por lo cual se cree que algún policía celoso habría pasado la información a sus colegas.
Pese a que el jefe del OIJ manifestó que la relación con los investigadores fue normal, conocimos que no era así. Trascendió que separaron de las pesquisas a un grupo de experimentados agentes nacionales, pese a que lograron un avance significativo de lo sucedido.