Ciudad del Vaticano, (EFE).- Jorge Mario Bergoglio regresó a América Latina, pero como papa Francisco para presidir en Río de Janeiro, Brasil la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en la cual participarán más de dos millones de muchachos de todo el mundo. La misma se llevará a acabo de mañana al próximo domingo.
Durante su estancia no usará el papamóvil blindado, sino el todoterreno tipo \”jeep\” que utiliza para la audiencia pública en la plaza de San Pedro.
En la vigilia del viaje, y ante varias decenas de miles de personas reunidas para el rezo del ángelus, el Obispo de Roma pidió a los fieles que le \”acompañen espiritualmente con las plegarias\”.
Afirmó que los protagonistas de la \”Semana Mundial de la Juventud\” deben preguntarle a Jesús \”qué tienen que hacer con sus vidas y cuál es el camino\”.
El pontífice pidió también la intercesión de María, \”tan amada y venerada en ese país\” (Nuestra Señora de Aparecida es la patrona de Brasil y la visitará en su santuario el día 24) y puso en sus manos \”esta nueva etapa\”.
Este es el segundo viaje del pontificado de Bergoglio, tras la visita que realizó a la isla italiana de Lampedusa el 8 de julio para reunirse con inmigrantes indocumentados.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, explicó que la visita se produce en medio de las protestas sociales que sacuden a Brasil en las últimas semanas, así como con la crítica de que unos $539 millones se inyectarán en la economía de este país.
Un total de 14.000 policías vigilarán la JMJ, para la que se acreditaron cerca de 6.000 periodistas de todo el mundo. Además, asistirán 1.000 obispos de todo el orbe y durante las jornadas 250 de ellos impartirán catequesis a los jóvenes sobre los temas \”sed de esperanza, sed de Dios\”, \”Ser discípulos de Cristo\” y \”Ser misioneros, ir\”.
Visitará un hospital para jóvenes indigentes, drogadictos y alcohólicos, y la comunidad de Varginha, en el complejo de favelas de Manguinhos, lugar hasta finales del pasado año controlado por bandas de narcotraficantes.