El bloqueo de la señal celular en los centros penales seguirá afectando al personal de la Policía Penitenciaria, pues en el Ministerio de Justicia insisten en su aplicación.
La medida se mantiene a pesar la manifestación, por varias horas, de los funcionarios del Centro de Atención Institucional (CAI) Vilma Curling, quienes señalan que los aíslan durante siete días sin darles la posibilidad de entablar algún contacto con sus seres queridos, aunque se trate de madres jefas de hogar.
De acuerdo con la ministra de Justicia, Fiorella Salazar, el bloqueo de la señal celular en los centros penitenciarios está definido por ley, por lo cual tienen que respetar el cumplimiento de dicha legislación.
“En relación con el bloqueo de señal en centros penitenciarios es importante recordar que esta es una ley de la República en la que convergen varios factores, en este caso el Ministerio de Justicia y Paz, pero también las operadoras telefónicas, cada uno tiene una competencia exclusiva, la implementación, por ejemplo, es competencia de las operadoras telefónicas”, explicó.
Salazar añadió que “el Ministerio de Justicia y Paz es sensible a las necesidades de los funcionarios, pero tiene que respetar el cumplimiento de esta ley”.
LA SITUACIÓN
Las personas afectadas, en su mayoría mujeres, indican que han tenido problemas para que les comuniquen situaciones de salud de sus hijos, parejas y padres, agravando y retrasando la atención médica de sus allegados.
La incomunicación se debe al bloqueo de la señal aplicado para impedir estafas desde las prisiones, pero no solo repercute en las celdas y sus inquilinos, sino en los trabajadores de cárceles, así como en los vecinos y comercios de zonas aledañas.
Édgar Morales, secretario general adjunto de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), explicó que en el CAI Vilma Curling laboran en su mayoría mujeres que son madres y jefas de hogar, quienes han tenido que dejar a sus pequeños a cargo de terceras personas para poder llevar el sustento a la casa.
A ellas les preocupa no solo el desarraigo de dejar a sus hijos toda la semana para permanecer en el centro penitenciario y cumplir con sus labores, sino que ya no tienen contacto con sus seres queridos, lo cual les ha generado estrés, ansiedad y angustia.
“A estas personas les violentaron su derecho de comunicarse con sus familias, sobre todo las madres y aquellos con personas enfermas en casa, a quienes les mandan las citas médicas por correo o por mensaje, totalmente incomunicados aquí adentro durante siete días, incluso aquí afuera de la cárcel no hay comunicación”, dijo.
Agregó que “los vecinos están seriamente afectados, el colegio, el kínder, esto afecta también a la comunidad, es grave lo que está pasando, la ministra no da pie, sin embargo los jefes de seguridad sí tienen señal, ellos sí pueden comunicarse libremente, esto quiere decir que lo mismo se puede hacer con todos los trabajadores”.