Un grupo de funcionarios de la Policía Penitenciaria destacados en el Centro de Atención Institucional (CAI) Vilma Curling denunció la semana anterior ante DIARIO EXTRA una serie de acciones que considera maltrato por parte de la administración.
No obstante, en el Ministerio de Justicia desconocen los hechos reportados pues no cuentan con una denuncia formal.
De acuerdo con Nils Ching, subdirector de la Policía Penitenciaria, no tiene quejas que se orienten en esa vía de acoso por parte del jefe de Seguridad de apellido Morales o de hacinamiento en los dormitorios.
“La Policía Penitenciaria no ha recibido hasta este momento ninguna queja o denuncia que tenga que ver con situaciones de hacinamiento en el centro penal Vilma Curling respecto a donde están ubicados las servidoras y los servidores de policía”, dijo.
Y añadió que “al contrario, semanas atrás se ha venido trabajando en el espacio para adecuar un mejor espacio para ellos, no obstante estaremos atentos a cualquier situación que haya que atender y podamos darle una atención adecuada y correcta”.
EL CASO
Los funcionarios policiales denunciaron que no solo deben pasar siete días encerrados en el centro penal ubicado en Desamparados, sino que sienten están “viviendo hacinados en plena pandemia” y consideran contradictorio que les pidan distanciamiento en formaciones en el comedor cuando en los dormitorios deben compartir un pequeño espacio hasta cinco personas al mismo tiempo.
Los oficiales añadieron que el jefe de apellido Morales los hostiga con acciones y palabras.
“Pretende que en un locker asignado a cada policía guardemos uniformes, alimentos, artículos de aseo personal y limpieza y hasta el balde donde lavamos, en ese pequeño espacio. Nos dice que parecemos privados de libertad sin comprender que todos tenemos diferentes condiciones y que no tenemos el espacio adecuado para mantener la ropa sucia mientras tenemos el chance para poder lavarla”, indicaron sobre Morales.
Agregaron que el jerarca de Seguridad “no tiene forma para dirigirse al personal, es prepotente, altanero, le gusta alzarnos la voz y amedrentar, no respeta el tiempo de descanso”.
Los funcionarios que acudieron a El Periódico de Más Venta en Costa Rica enlistaron una serie de acciones por parte de Morales, tales como el presunto ingreso a los dormitorios cuando todos están en pijama, aparentemente les restringe el paso por ciertas áreas, en apariencia quitó el único espacio que tenían para tomar café o calentar la comida cuando llegan tarde y hasta habría abierto unos cajones donde varias oficiales tenían guardados artículos de limpieza, para ello al parecer rompió los candados.
En apariencia, los colaboradores no presentaron una denuncia formal ante las jefaturas por temor a represalias.