Al Monstruo le costó un mundo pintarle la cara al Guadalupe de Walter Centeno. Fue el ojo clínico de Jeaustin Campos el que descifró cómo entrarle al cerrojo que armó Paté en el Colleya Fonseca para sumar 3 puntos más a su causa tras ganar por la mínima.
El técnico de la “S”, para hacer leña del árbol caído, sacó de sus planes en el duelo a Christian Bolaños, Aarón Cruz y Marvin Angulo. Los tres se tiraron la mejenga desde las gradas, como un aficionado más.
El planteamiento morado fue tirado al ataque, con incorporaciones por las bandas y movimientos de pelota siempre en busca del arco contrario.
Sin embargo, Paté metió en los suyos la idea de no ser el patito feo de la fiesta y tener por delante al campeón nacional no fue motivo suficiente para que se achicaran; por el contrario, se plantaron.
A pesar de las intenciones de ambos lados, la etapa inicial solo ofreció una acción de peligro al 22’ cortesía de Kendall Waston, que con un testarazo puso a prueba los reflejos de Alejandro Barrientos bajo los tres palos.
Con el correr del cronómetro Saprissa perdió presencia en terreno contrario y esto fue aprovechado por la acera de enfrente para calentarle los guantes a Kevin Chamorro.
LA MANO DE CAMPOS
El par de ceros en el pizarrón al descanso no le hizo mucha gracia a Jeaustin, que sacudió su banquillo para el complemento. La apuesta fue por Ariel Rodríguez y Julen Cordero.
El cambio de fichas le cayó como anillo al dedo al Monstruo y al 65’ vio los frutos de las permutas con la ley del ex que aplicó Cordero con la cual abrió la lata en favor de la visita.
Con la ventaja en sus manos el Saprissa controló a su gusto los hilos del juego y mantuvo a raya a los pupilos de Paté.
A Guadalupe, a pesar de que no desistió de su intención, se le hizo misión imposible recomponer.