Una de las preocupaciones de la afición del Monstruo para las próximas jornadas del campeonato nacional es si Kevin Chamorro, quien se perfila como nuevo portero titular del equipo ante la lesión de Aarón Cruz, cumplirá de forma eficiente con su función de salvaguardar la cabaña morada.
Los aficionados evidencian su poca confianza en el joven guardameta y no meten las manos al fuego por él, sin embargo, el técnico Jeaustin Campos demuestra que sí se la juega con el oriundo de Carrillo, Guanacaste.
El timonel confirmó entre líneas que el meta tendrá la prioridad para defender el arco tibaseño y aseguró que ya conversó con él.
Recalcó que a su llegada al Deportivo Saprissa respetó el orden jerárquico que existía en la portería morada, siendo Aarón Cruz el número 1 y Chamorro el 2.
“Todo depende del futbolista. La oportunidad está ahí, no se la voy a quitar, se la merece y por el orden jerárquico él tiene que ir. Él tiene que responder a la hora buena de la presión.
Si juegas aquí y no puedes sobrellevar esa presión, por más porterazo que seas, no llegarás lejos. Yo hablé con él. Le di la confianza que les tiene que dar todo entrenador a sus futbolistas”, declaró Campos.
Muchas de las dudas que se generan en torno a Chamorro son por sus números como portero del Saprissa. En 7 partidos (en 2 ingresó de variante) recibió 11 anotaciones para un promedio de 1,5 goles en contra por encuentro.
Además se le culpa de cometer un error en salida que terminó en la diana con la que el Puntarenas FC empató al Monstruo el fin de semana anterior.
“Hay números que en realidad no me ocupan. Confío en la capacidad de todos los jugadores, por algo están aquí. Siento que hizo un buen partido en el juego anterior.
Para los que le achacan el gol a él, la responsabilidad que tuvo fue menor o no sé mucho de fútbol. Es un buen portero, ustedes saben que los porteros maduran tarde”, agregó el estratega de la “S”.
A su manera, Campos comprende la disconformidad del público morado con el sustituto de Aarón Cruz, sin embargo, dijo que no puede dejarse llevar por el calor del momento y que por su condición de entrenador tiene que ser racional.
“Es difícil quedarle bien a todo el mundo, complacer a todo el mundo, más a una afición que quiero muchísimo y es superexigente. Nuestro trabajo y decisiones tienen que ser más racionales. La emoción la tienen los aficionados, nosotros tenemos que vivir del raciocinio y no irnos por la emoción de lo que haya en el ambiente”.