“El divorcio que hay entre los guardaparques y el Minae es más que entendible, puesto que los primeros denuncian que no les dan recursos para cumplir sus funciones, deben cuidar con las uñas los parques nacionales con los que el país raja en el extranjero y ahora, tras de todo, les toca lidiar con el tema narco que está metido en todo lado”.
Costa Rica se ha caracterizado a nivel internacional por sus bellezas naturales, su protección al medio ambiente, además de la flora y la fauna de sus parques nacionales. De hecho, muchos de los turistas lo primero que quieren hacer, apenas se bajan del avión, es conocer uno de estos destinos imperdibles.
Sin embargo, no podemos decir que todo es bonito y maravilloso en cuanto al tema de las áreas protegidas y precisamente resulta necesario hablar de este tema en el marco de la celebración de dichos recintos naturales.
Algunas personas piensan que ir a los parques nacionales muchas veces se torna muy caro y además consideran que el dinero que se cobra por el rubro de entrada no se ve reflejado en las instalaciones de muchos de estos lugares.
No se puede obviar cuán visitadas son estas locaciones, pero si los turistas nacionales e internacionales pagan buen dinero para entrar lo más justo que se puede hacer consiste en equiparlas con infraestructura de primer mundo.
Por si no fuera suficiente, preocupa mucho que estos dineros tampoco son usados para darle una buena calidad laboral y de vida a los guardaparques, quienes al fin y al cabo velan por el orden en estos lugares y ponen en riesgo su vida. Por eso duele que al final no tengan un salario digno, tal y como ellos mismos lo han denunciado en muchas ocasiones.
No es justo que, para poder ir al baño, deban mantenerse sosteniendo una puerta o corriendo a ver dónde buscan papel higiénico porque no hay, además las quejas se hacen constantes con incidentes como barandas sueltas, en mal estado, caminos llenos de moho, lo que a claras luces pone en peligro a quienes transiten por el lugar.
Cada 24 de agosto se conmemora el Día Nacional de los Guardaparques con bombos y platillos, sin embargo, quienes se desempeñan en este trabajo afirman no tener nada que celebrar, pues siguen laborando en condiciones infrahumanas.
Sin lugar a dudas el divorcio que hay entre estos funcionarios y el Ministerio de Ambiente y Energía es más que entendible, puesto que los primeros denuncian que no les dan recursos para cumplir sus funciones, deben cuidar con las uñas estos sitios con los que el país raja en el extranjero y ahora, tras de todo, les toca lidiar con el tema narco que está metido en todo lado.
Las preocupaciones siempre son las mismas y sabemos que las peticiones que los guardaparques hacen resultan indispensables para contemplar una operatividad al 100%.
Dichos empleados del Minae se sienten completamente abandonados y están en todo su derecho de exigir mejoras para desempeñarse de la manera correcta, pero también deben ser conscientes de que el país no puede descuidar otras áreas para darles a ellos todas las herramientas necesarias para trabajar.
Deberían de prestar especial atención a estos funcionarios, pues en la actualidad, además de lidiar con quienes no tienen consciencia ambiental, no cuidan la flora y fauna que nos rodea, deben luchar con los grupos narco que buscan cómo obtener rutas para sus operaciones, ni qué decir otros peligros como taladores y cazadores furtivos.
Es momento de que guardaparques y Minae se sienten a conversar para llegar a acuerdos que les permitan seguir funcionando, pero que también les faciliten mejores condiciones a los funcionarios que deben velar por estas joyas naturales de las que tanto sacamos pecho en el extranjero.
Esa situación no debería de darse pues las áreas verdes de nuestro país nos permiten ser reconocidos a nivel mundial como uno de los países que más preserva el medio ambiente, sin embargo, si seguimos en este juego de estira y encoge vamos a matar la gallinita de los huevos de oro que significa el turismo para Tiquicia.
Si bien Costa Rica es un lugar privilegiado por sus grandes bellezas de flora y fauna, lo que se ha conseguido con la mano durante años se puede borrar con el codo si no estamos ojo al Cristo.
Si no nos ponemos las pilas, los miles de turistas que visitan nuestros parques nacionales en el año preferirán irse para otros lugares donde el dinero sea bien invertido y, lo más importante, su integridad física no corra peligro.