Paiporta. (AFP) – Un mes después de las inundaciones que dejaron 230 muertos en el este de España, los municipios afectados recordaron a las víctimas con sentidos homenajes, mientras la normalidad todavía se ve lejos en estas zonas, donde las huellas de la tragedia siguen muy presentes.
“Estamos nadando en lodo, literalmente. Los niños sin colegio, en el pueblo las cosas van muy lentas y no encontramos solución”, explicó a la AFP Sabrina Bermejo, una analista de laboratorio de 41 años, residente en Paiporta, uno de los epicentros del desastre.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, cifró en 69.000 viviendas, 125.000 vehículos y 12.500 comercios las consecuencias materiales del desastre, con base en los datos del consorcio de compensación de seguros.
En total, el gobierno prometió €16.600 millones ($17.500 millones) de ayudas y préstamos.
Miles de soldados, bomberos y policías fueron desplegados para la limpieza y reconstrucción.
La indignación de los vecinos, tanto con el retraso en lanzar la alerta como en la gestión posterior de las autoridades, explotó durante la visita de los reyes de España, Felipe VI y Letizia, a Paiporta el 3 de noviembre, junto a Pedro Sánchez y el jefe del ejecutivo regional, el conservador Carlos Mazón.