• Javier Cascante, ex superintendente de Entidades Financieras:
Muchos se cuestionan los motivos por los cuales el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) y la Superintendencia de Entidades Financieras (Sugef) intervinieron Coopeservidores, R.L. y Financiera Desyfin.
DIARIO EXTRA conversó al respecto con Javier Cascante, quien ocupó el cargo de superintendente de Entidades Financieras durante años y compartió la importancia de las medidas preventivas sobre el tema.
A continuación, un extracto de la conversación.
¿Cómo no caer en una intervención?
-Lo primero es el buen funcionamiento de las líneas de defensa. Para cualquier organización la primera línea de defensa es la relacionada con la gestión del negocio, todo lo que tiene que ver con los negocios, las estrategias, los proyectos. Ese manejo implica no solo acciones comerciales, sino también un control de riesgos.
¿Nos podría dar algunos ejemplos?
-Por ejemplo, en el caso de un intermediario financiero, el control de saber que no se le puede dar crédito a todo el mundo, sino que hay que analizar la capacidad de pago, analizar la viabilidad del proyecto que se va a financiar.
Hablando específicamente de inversiones, ¿qué nos puede decir?
-Cuando se recibe dinero de depositantes hay que analizar no solo los elementos de que si me va a dar liquidez, sino todo lo que tiene que ver con el control y legitimación de activos; que sea un inversionista que tenga cierta regularidad con la entidad financiera y no que de un pronto a otro se asuste y se lleve el dinero o está ahí un tiempo y de pronto se va. O sea, se debe hacer una debida diligencia, entender no solamente al inversionista desde el punto de vista del dinero, sino también desde el punto de vista de su estabilidad como cliente.
¿Cuál sería la segunda línea de defensa?
-Es la parte de medición y gestión de riesgos. Es un área muy técnica porque tiene que ver con controles, modelos preventivos y prospectivos, es decir, seguir los indicadores de comportamiento de la entidad financiera, y prospectiva en el sentido de que siempre debemos estar viendo hacia adelante posibles escenarios, situaciones del entorno que pueden afectar el comportamiento de esa entidad.
¿Qué más se debe hacer?
-La auditoría interna. Esa labor de control para verificar si están funcionando de forma adecuada todas las operaciones del negocio, si se hacen conforme a las mejores prácticas. Es una labor ex post (que se hace después de que suceden los hechos). De acuerdo con lo que observen en el funcionamiento de la compañía pueden emitir recomendaciones correctivas para que esas cosas funcionen mejor.
¿Cuál es la última barrera de protección?
-Finalmente, la cuarta línea de defensa es el supervisor y la auditoría externa, que también son posteriores. En el entendido que primero están las otras tres, que son las más importantes, porque ¿qué ganamos con que llegue la Superintendencia y encuentre cosas anómalas? Lo ideal sería que la primera línea de defensa las haya detectado y las haya corregido.
¿Con todo eso basta para proteger a una entidad financiera?
-Usted puede tener las mejores personas trabajando en la empresa, los mejores modelos, pero si la junta directiva y la alta gerencia no están comprometidas para hacer las cosas en un sano gobierno corporativo, de nada sirvió. El principal supervisor de la buena marcha de un negocio financiero es la junta directiva, la cual tiene que ejercer supervisión de los riesgos, de la estrategia, de la situación financiera, del modelo de negocio, y tiene que pedirle cuentas a la administración frecuentemente para darse cuenta de que todo eso está funcionando de manera correcta.
¿Se puede decir que eso falló en los casos de Coopeservidores y Desyfin, las juntas directivas?
-No te puedo decir porque tengo ocho años de haber salido de las superintendencias. No sé si estas experiencias se deben a las directivas o al accionar de toda la entidad, puede ser que hay oportunidades de mejora en lo que pasó con las juntas directivas, pero no te sabría decir con certeza.
En otros países piden a los miembros de las directivas ciertas calidades profesionales, eso no sucede aquí. ¿Se requiere una reforma de ley?
-En el caso de los bancos públicos la ley no establece esas condiciones, por lo que creo que se requiere una reforma legal. Si uno quiere que la superintendencia tenga el fuelle para decir “estas son las personas idóneas”, debería ser parejo para todos los intermediarios financieros. Ahora mi reflexión es que es muy malo que tengamos que hacerlo todo mediante una ley.
¿Qué se debería hacer?
-Todos los depositantes o inversionistas, utilizando el vehículo que usted quiera, desearía que en esa entidad se preocupen por tener personas correctas en las juntas directivas. En el caso de una junta directiva y de la alta gerencia es una mezcla de varias cosas, de conocimientos, de experiencia, de habilidades, de disponibilidad de tiempo. No es solo el título y la formación académicos porque ¿qué gano yo con una persona muy preparada académicamente si nunca tiene tiempo para ir a la junta directiva o no lee los documentos de la junta? Si usted como empresa tiene un buen gobierno corporativo, no necesita que se lo pongan en una ley porque es una convicción de principios.
Parece que cuando Conassif interviene lo hace tarde. ¿Existen herramientas que puedan usar las superintendencias para que las entidades no lleguen al punto crítico?
-Generalmente conocemos el desenlace de cuando se interviene una entidad, pero yo estuve 15 años en tres superintendencias y te puedo garantizar que vienen haciendo un trabajo de mucho tiempo atrás con las entidades, requiriéndoles cosas, pidiéndoles planes correctivos. No pasa eso de que no hicieron nada y ahora aparecieron hasta último momento, te lo puedo decir con conocimiento de causa.
¿Qué sucede entonces?
-Esto va como en una ruta de deterioro, como cuando uno está enfermo y va donde el doctor y le dice: “Mire, no salga de la casa, no se ande venteando porque ya se va a resfriar o se va a poner peor”, y llega uno y se va al estadio o a un concierto y después llega con neumonía. Bueno, sucede parecido con las entidades financieras, a las que se les dijo qué tenían que corregir. A ninguna se le interviene por gusto, sino porque hay una serie de antecedentes.
¿Sí había señales?
-Ahora mucha gente dice que todos sabían. Bueno, a ver, si se sabía, ¿por qué no lo denunciaron? ¿Por qué no lo dijeron? Porque es muy fácil decir ¿por qué no intervinieron un año antes? La intervención debería ser un último recurso.
¿Se puede intervenir antes?
-Si hubiera intervenciones más tempranas, que creo es una oportunidad que se debe valorar si es posible, también se podría ver la probabilidad de no intervenir para proceder a la resolución o una quiebra. La intervención debería ser una oportunidad para corregir problemas de la entidad y que vuelva nuevamente a su trabajo normal. La intención primaria es que esas medidas las tome la propia administración de la entidad.