Costa Rica ha tomado la decisión de transitar hacia una economía del conocimiento, lo que implica emprender acciones estratégicas que fortalezcan las capacidades nacionales en ciencia, tecnología e innovación como elemento fundamental para alcanzar una mayor competitividad.
El país presenta uno de los mejores desempeños económicos de la región en virtud de la estabilidad política y la apertura al comercio internacional.
Sin embargo, los esfuerzos hechos en el pasado en materia de innovación empresarial y formación profesional ya no son suficientes para mantener al país competitivo a nivel internacional. Esto se evidencia en el hecho que Costa Rica debe esforzarse para seguir el ritmo a nuevos competidores globales de economías y tamaños similares como Panamá, Uruguay o Irlanda. Otros países como Singapur ya se muestran inalcanzables en sus indicadores en esta materia.
Insuficiente inversión en innovación, limitada disponibilidad de capital humano de alto nivel y falta de incentivos financieros a la innovación empresarial son elementos que limitan el incremento en la competitividad, y deben ser atendidos con prontitud.
Por tanto, el rumbo a seguir es claro: debemos integrar el conocimiento a la base productiva del país al fortalecer el desarrollo tecnológico, promover la innovación empresarial, vincular los centros de investigación con las empresas y apoyar la cultura del emprendimiento así como su inserción en cadenas globales de valor.
Como parte de esta estrategia también es necesario aumentar la disponibilidad del capital humano en términos de cantidad y calidad, especialmente en áreas relacionadas con las ciencias y las ingenierías.
Desde el Fondo de Incentivos y el Fondo Propyme se ha visto un incremento significativo en la cantidad de solicitudes para fortalecer el capital humano y la innovación tecnológica. En el año 2012 se colocó el 100% de los recursos para un total cercano a los cuatro millones de dólares, y es evidente que se requiere un esfuerzo adicional para satisfacer esta demanda.
Lo que hasta ahora ha constituido una de las principales ventajas competitivas del país –el talento humano- se está volviendo, a la vez, en uno de sus principales desafíos por mantener; solo mediante el incremento de las capacidades del talento humano, los costarricenses podrán encontrar más y mejores posibilidades de empleo, reduciendo las tasas de desempleo, la desigualdad salarial y los niveles de pobreza.
Ante las necesidades de inversión identificadas, la Administración Chinchilla Miranda ha gestionado ante el Banco Interamericano de Desarrollo una operación de préstamo por $35 millones para atender dos requerimientos estratégicos: Innovación Empresarial y Capital Humano.
En esta operación se contempla otorgar financiamiento para que más de 170 personas puedan realizar estudios de maestría y doctorado en áreas científicas y tecnológicas; se considera atraer al menos 40 expertos que fortalezcan la investigación y desarrollo en áreas estratégicas, y recalificar más de 300 profesionales costarricenses en sectores tecnológicos de punta.
Asimismo, se pretende beneficiar más de 100 empresas para que desarrollen sus capacidades empresariales y puedan cumplir con estándares de calidad de los mercados internacionales; se apoyarán 85 proyectos de innovación y desarrollo empresarial y se incentivarán más de 20 nuevos emprendimientos de base tecnológica.
Este programa, que se firmó el pasado 2 de abril, constituye la principal operación multilateral para fortalecer las capacidades en ciencia, tecnología e innovación del país en las últimas décadas. Próximamente se remitirá a la Asamblea Legislativa para su análisis y ratificación. Confiamos en que las señoras y señores diputados valorarán el impacto que esto tendrá para los sectores productivos y la competitividad de Costa Rica.
Ministro Viceministro
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones, MICITT