Veinticinco personas quedaron tan solo con lo que tenían puesto, tras un voraz incendio que consumió tres viviendas y una cuarta de forma parcial, la madrugada de ayer en San Diego de La Unión, Cartago.
El siniestro se reportó a la 1:30 a.m. en el barrio San Martín detrás del Terramall. Según el informe de Bomberos, el fuego consumió rápidamente un área aproximada de 300 metros cuadrados donde se incluye una propiedad de dos plantas, lugar en el que inició el incendio.
El recalentamiento en el cable de una secadora de ropa pudo ser lo que lo ocasionó, al parecer, hizo corto circuito y la explosión alcanzó una ropa que estaba cerca, lo que facilitó que el fuego se expandiera por toda la propiedad. “Sentimos el humo y todos nos despertamos, tratamos de apagar el fuego, pero no nos dio tiempo era muy fuerte”, narró Michael Torres, uno de los afectados, los momentos de angustia que sufrió junto a su familia.Otra de las viviendas afectadas fue la de Karen Ríos, la cual queda en la parte trasera de las otras propiedades dañadas. Al momento del incendio estaba dormida y el fuerte olor a humo la despertó, de inmediato busco a sus hijos y junto con su esposo salieron del lugar.
“Me levanté y lo que veía era puro humo y un vecino nos dijo que saliéramos corriendo porque había un incendio, apenas pudimos salir. Se nos quemó todo”, manifestó.
Pese a que no hubo personas lesionadas por el fuego, al menos, 7 perros y 4 gatos murieron calcinados y ahogados por el humo. Los únicos que se salvaron fueron unos peces que estaban en la vivienda donde inició el incendio.
LES DARÁN AYUDA
Ronny Delgado, vocero de la Municipalidad de La Unión de Cartago, confirmó que preparan una recolección de víveres para las personas afectadas. La actividad será el sábado 21 de octubre de 8 a.m. a 1 p.m. en el edificio municipal. Solicitan artículos de higiene personal, útiles escolares, ropa en buen estado y artículos no perecederos.
“Estaremos solicitando artículos de primera necesidad y ropa tanto para adultos como para niños en buen estado. Ya estamos remitiendo el caso al Instituto Mixto de Ayuda Social con el fin de obtener alguna ayuda para ellos”, explicó.
Se les gestionó la posibilidad de habilitar un albergue en el salón comunal, además de la colaboración de la Municipalidad con algunas colchonetas y vivieres. De momento los afectados se ubicaron en casas de familiares.
El Benemérito Cuerpo de Bomberos indicó que en lo que va del año contabiliza 870 incendios en estructuras.
Los afectados habilitaron dos números de Sinpe para recibir donaciones: el 7040-2688 a nombre de Michael Torres y al 8410-9932 a nombre de Alberto Brenes.
“QUEDAMOS CON LO PUESTO”
Lo único que les quedó a Karen Ríos, su esposo e hijos y a su suegro Joaquín Brenes fue la ropa con la que dormían, pues todo lo demás incluyendo comida, el fuego lo consumió.
Tratando de asimilar el momento, doña Karen agradecía que no hubo pérdidas que lamentar pues el incendio fue bastante grande. Su vivienda quedaba detrás de la propiedad donde inició el incendio y la única salida era por un cuarto donde vivía su suegro.
“Pudimos quedar atrapados, pues cuando salimos el fuego ya estaba en la parte donde vive el papá de mi esposo. Cuando sentimos el olor a humo nos despertamos y logramos salir”, relató.
Por su parte, Joaquín Brenes, además de su casa perdió un taller de reparación de artículos eléctricos, incluso, tenía varias pantallas de algunos clientes que tenia que reparar y otras por entregar.
“Las herramientas que tenía para trabajar se perdieron, una pantalla que había reparado se quemó toda. Ahora me preocupa los artículos que tenía de unos clientes y se perdieron”, manifestó.
“APENAS NOS DIO TIEMPO PARA SALIR”
En las primeras horas y con la luz del día, Michael Torres y sus familiares trataban de rescatar lo poquito que les quedó.
En la propiedad de dos niveles vivían 13 personas distribuidas en tres casas o apartamentos, el fuego inició en la parte trasera en la primera planta y de ahí se fue extendiendo.
“El fuego fue muy rápido y apenas nos dio tiempo para salir. Nos quedamos sin nada. Me preocupan mis papás porque son adultos mayores y mi hermano que tiene discapacidad”, dijo.
La familia tenía aproximadamente unos 30 años de vivir en Barrio San Martin y ahora esperan reconstruir sus casas lo más pronto posible.
“Gracias a Dios logramos salir a tiempo y no estamos lamentando una muerte. Lo material se puede reponer”, agregó.