Londres, (SEP). –Para promocionar el lanzamiento de una nueva línea de productos, la marca de caña de azúcar londinense Tate & Lyle Sugars tuvo una idea: abrir las puertas de un hotel decorado con toda clase de dulces.
La casa ubicada en Dean Street, en el Soho de Londres (Inglaterra), fue el lienzo de 14 artistas pasteleros, quienes lo convirtieron en un santuario de golosinas ornamentaciones. Luego de 2.000 horas de horno y más de 900 horas de montaje, miles de elementos azucarados colmaron los espacios de la “Tasting House” (“casa de degustación”, en español): una alfombra hecha con 1.081 merengues, más de 2.000 macarons, guirnaldas de malvaviscos, una bañera de caramelo, estatuas de chocolate, tortas de cinco metros de alto, galletas pintadas a mano y obras de arte comestibles.
No obstante, lo bueno dura poco y solo algunos podrán dormir en el lugar, dentro de ellos una pareja a quienes se les permitió pasar la noche: una verdadera luna de miel.