La brecha entre los ingresos y los gastos del Gobierno comienza a ensancharse cada vez más, elevando las alertas tanto del Ministerio de Hacienda como de grupos de economistas.
A seis años de aprobada la última reforma fiscal, se registra una baja en la recaudación. Si bien es cierto la caída es inferior a un 1%, representa ¢6.574 millones menos.
El comportamiento es negativo en los impuestos sobre utilidades, personas jurídicas, a la propiedad y exportaciones, entre otros. Así lo señalan las cifras fiscales a mayo del presente año.
De este modo, se observa un freno en la mejora de las arcas del Estado, el cual empezó a gestarse posterior a la crisis económica generada por la pandemia del Covid-19.
DIARIO EXTRA consultó a los economistas Gerardo Corrales, Fernando Rodríguez, Alberto Franco y Roxana Morales, quienes citaron las posibles causas que afectarían la recaudación fiscal y posibles soluciones.
UNA ECONOMÍA QUE SE DESACELERA
Fernando Rodríguez, catedrático de la Universidad Nacional (UNA), indica que el menor aumento en la actividad económica del país en los primeros cuatro meses del año ha provocado que los actores económicos tengan menos utilidades y, por ende, se reporte un ingreso menor.
La también economista Roxana Morales afirma que “el país vive en una contradicción, ya que el crecimiento económico se encuentra muy concentrado en el régimen de zonas francas, pero este no es el que sostiene el pago de impuestos, sino el régimen definitivo (el que carece de exoneraciones fiscales)”.
Por su parte, el economista Alberto Franco recuerda que la desaceleración económica es más fuerte en este último sector, lo que presiona aún más a esos ingresos por impuestos a utilidades.
BAJA EN EL TIPO DE CAMBIO
Otro de los factores que se suman a la caída en esa recaudación es el tipo de cambio del dólar.
Corrales plantea que “los impuestos de renta se ven reducidos en ¢80.000 millones, explicado por este comportamiento de las utilidades de las empresas afectadas por un tipo de cambio que se ha apreciado desde junio de 2022 cerca del 27%”.
El valor del dólar impulsó una pérdida de competitividad de los exportadores, que observaban cómo las divisas que recibían por las ventas al extranjero valen menos en el territorio nacional, reconocen los expertos.
EXONERACIONES FISCALES
Los expertos consultados por El Periódico del Pueblo concuerdan en que un factor importante para entender esta reducción son el conjunto de exoneraciones fiscales aprobadas por la Asamblea Legislativa.
Franco pone como ejemplo la exoneración del impuesto a la propiedad de vehículos que reconoce el propio Ministerio de Hacienda.
Según las cifras fiscales correspondientes a marzo, este tributo presentó un decrecimiento del 31,4% (principalmente presionado por una caída en el impuesto a la propiedad de vehículos).
Asimismo, desde enero este impuesto a la propiedad de vehículos viene reduciendo su aporte a las finanzas del Estado.
CONGELAMIENTO SALARIAL Y NUEVAS FORMAS DE CONTRATOS
Para Rodríguez uno de los sectores que más pagan el impuesto a las utilidades son los trabajadores del sector público.
Sin embargo, al existir un congelamiento en los salarios de este grupo de personas desde 2020, el crecimiento de la recaudación de este segmento se torna prácticamente nulo.
Morales agrega que también se hacen comunes nuevas formas de contratación salarial. “Hay personas a quienes les pagan fuera del país y eso hace más difícil la trazabilidad de los ingresos”, apuntó.
FORMAS DE EVASIÓN
En 2018 Costa Rica aprobó una reforma fiscal que significó un cambio sustancial en la gestión tributaria, esto dificultó aplicar viejas prácticas para pagar menos impuestos o dejar de pagarlos.
No obstante, con el tiempo las personas aprenden nuevas formas para dejar de pagar. Rodríguez comenta que, “por ejemplo, mucha gente está pagando por medio de Sinpe Móvil y eso tiene una problemática en la rastreabilidad de las operaciones”.
¿QUÉ HACER?
Aunque los economistas consultados consideran difícil volver a mejorar la recaudación fiscal, creen que algunos temas deben trabajarse para mejorar los ingresos estatales.
El primero de ellos es la implementación de Hacienda Digital, que permitiría mejorar los patrones de rastreo de posibles huecos de evasión.
Un segundo término sería la simplificación del sistema tributario, tarea que está pendiente.
Pero, aun haciendo esto, falta el más importante, que es la recuperación de la economía.
De acuerdo con Franco, “se necesita hacer un esfuerzo para juntar estrategias y acciones que tiendan a potenciar la economía del país”.
PANORAMA SOMBRÍO PARA FINAL DE AÑO
Para fin de año los expertos afirman que de seguir con esta tendencia nos encontraríamos con cifras fiscales muy similares a las de épocas de crisis.
Todos concuerdan en que vamos a experimentar un crecimiento en el déficit fiscal y una reducción del superávit primario.
El problema se presentaría si el país no baja del 60% de su nivel de deuda del PIB. Con esto la parte más agresiva de la regla fiscal seguiría presentándose, entonces habría límites al gasto público en temas de inversión y gasto corriente, además de un congelamiento salarial.
“Si esto pasa, nos encontraríamos que habría un congelamiento del impuesto por ingresos de utilidades de las personas trabajadoras públicas y un riesgo de una mayor desaceleración económica”, manifestó Rodríguez.
EXPERTOS OPINAN
Gerardo Corrales
“Tenemos una menor recaudación por renta de utilidades de empresas que son impuestos directos de ¢105.000 millones, una caída del 17%. Esto es una crónica de una muerte anunciada desde que el tipo de cambio se estaba apreciando, a partir de junio de 2022, por las políticas monetarias y cambiarias del Banco Central, que abiertamente los sectores productivos han señalado son incorrectas”.
Roxana Morales
“No se deben aprobar más exoneraciones si no se tiene claridad cómo se van a compensar esas exoneraciones fiscales. Ese también es un tema importante. Por ejemplo, el tema de la reducción del impuesto a la propiedad de vehículos se decía que solo beneficiaría a los de menos recursos, pero terminó impactando a todos los sectores. Se dice que son más de ¢65.000 millones los que se dejaron de percibir y no hay cómo recuperarlos”.
Fernando Rodríguez
“Esto sucede porque las empresas que pagan impuestos han estado afectadas en los últimos dos años por una caída en las utilidades que han venido obteniendo. Esto es producto del aumento en el precio de muchas materias primas, lo que redujo las utilidades en algunos sectores. Ahora observamos una menor actividad económica en sectores como el comercial, construcción y agropecuario, factores que están perjudicando la economía nacional”.
Alberto Franco
“De continuar la tendencia actual calculo que podríamos tener una reducción en el superávit primario del 0,5% del Producto Interno Bruto, no veo que pueda transformarse ese superávit en déficit. Para resolver el problema impositivo se deben unificar las estrategias y acciones tendientes a construir una agenda de recuperación económica. También el Gobierno debe hacer un balance en cuanto a las decisiones que ha tomado la administración”.