La polémica en el mercado de importación de vehículos usados volvió a surgir. Esta vez no es precisamente porque la Dirección de Aduanas impide al sector desalmacenar los autos, sino porque consideran que están compitiendo en desigualdad de condiciones con los vehículos nuevos que entrar al país.
“El consumidor tiene derecho de conocer el año verdadero en qué fue construido su auto, para eso paga. Todos los carros que ingresen al país deben traer el número de VIN porque incluso se puede dar una defraudación fiscal si el año real de creación del mismo es cambiado, este paga impuestos de acuerdo a su año modelo”, comentó José Carballo, presidente de la Cámara Automotriz.
El VIN es el número de identificación de un automotor, está compuesto por 17 números y letras que indica en el dígito 10 el año de fabricación. Asimismo, los importadores consideran discriminatorio que solo se exija el kilometraje recorrido a los autos importados.
“Es discriminación que solo se exija el odómetro o recorrido real a los autos importados y no se controle la flota vehicular que circula internamente. Sabemos que el artículo 122 prohíbe la circulación de esos vehículos. El Ministerio de Obras Públicas y Transportez (MOPT) debe exigir a Riteve llevar control de este tema a cada carro cada vez que pase su revisión”, agregó Carballo.
De acuerdo con Carballo, el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) envió una nota a los jerarcas del MOPT, Hacienda y Defensoría del Consumidor para que emitan controles en los puntos que los importadores ven igualdad de condiciones.
Sin embargo, según comentó Pedro Castro, ministro del MOPT, ellos no han recibido ninguna petición. Una vez más el representante destacó que con las medidas el mayor beneficiado será el consumidor, puesto que estará seguro de las condiciones del auto que está adquiriendo.