Las importaciones de bienes y servicios muestran un mayor dinamismo y esto constituye una de las principales señales de que la economía podría crecer a mayor ritmo.
El dinamismo de los viajes, así como con los servicios financieros y empresariales es lo que hizo que el dato se muestre al alza. A lo anterior, se sumó el incremento en la cantidad de barriles de hidrocarburos y las compras de insumos vinculados con la industria eléctrica, electrónica y alimenticia.
Así lo reflejan las cifras dadas a conocer por el Banco Central de Costa Rica correspondiente al comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el tercer trimestre de 2019.
La actividad económica del país medida con la tendencia ciclo del Producto Interno Bruto (PIB), creció 1,9% para ese período, y muestra una evolución con respecto a otras mediciones.
Esta mejora se asocia principalmente con el mantenimiento de un vigoroso dinamismo en la producción manufacturera del régimen especial de producción, la recuperación de la demanda externa de productos de origen agrícola, que luego de dos trimestres de decrecer, presentó un crecimiento, y la menor caída en la producción de las empresas manufactureras del régimen definitivo.
A lo anterior se le debe adicionar la aceleración en la producción de servicios, donde una parte de esta mejora se explica por el efecto base en servicios como educación y salud, pues en el 2018 estas actividades experimentaron el efecto negativo de las protestas en contra de la reforma fiscal aprobada a finales del año pasado.