La Semana Santa de 2020 será una fecha que muchas personas no olvidarán por la serie de circunstancias que rodean las celebraciones, en su gran mayoría canceladas, así como por el impacto de la pandemia del Covid-19, que a la fecha les ha costado la vida a 94.850 personas en todo el mundo.
Para la Iglesia Católica las celebraciones del Jueves Santo tienen una invocación muy especial por tres regalos que el Jesucristo dio en la Última Cena con sus discípulos: la santa eucaristía, el ministerio sacerdotal y el amor.
En medio de las circunstancias que dejará sin la posibilidad de celebrar el Día del Sacerdote para todos los servidores del ministerio en compañía de los fieles o celebrar el sacramento eucarístico, la Iglesia hace un llamado a vivir el amor mucho más de cerca y de forma más vivencial.
DIARIO EXTRA conversó con monseñor Daniel Francisco Blanco, obispo auxiliar de San José, sobre esta coyuntura tan compleja y diferente para vivir la propia fe cristiana.
“A algunos les corresponde vivir el amor más ahí en la trinchera de la batalla como a los médicos, enfermeros o auxiliares mediante el cuido a quienes están enfermos, ahí viven este mandamiento del amor, que es característico del cristiano.
A otros desde el ministerio ordenado a animar a las comunidades mediante las plataformas digitales y ser signo del amor de Dios para todos aquellos que están asustados, agobiados o angustiados”, declaró monseñor Blanco.
El prelado profundizó que incluso ese amor se demuestra en el cumplimiento de las medidas sanitarias y que este llamado al amor no conoce los límites del catolicismo u otras manifestaciones de fe exclusivamente.
“Este llamado del amor es para cualquier ser humano, como decimos en la Iglesia, ‘todo aquel de buena voluntad’, porque el Papa decía en la bendición urbi et orbi que estamos todos en la misma barca, no solo los cristianos, y en esa circunstancia todos, no solamente el cristiano, se han dado cuenta de lo limitado que es ante una situación que provoca un virus microscópico que no podemos ver”, añadió.
Blanco indicó que incluso el no creyente terminará por entender que al menos necesitará del hermano porque solo no logrará salir de esta situación.