La Conferencia Episcopal de Costa Rica (Cecor) se manifestó inquieta por la inseguridad que vive el país. Del mismo modo, criticó el rezago en materia educativa que sufren cientos de estudiantes a nivel nacional.
Tras concluir la 128° Asamblea Ordinaria, los Obispos emitieron un pronunciamiento señalando que el Gobierno debe garantizar mayor acceso a la salud y educación de calidad, no obstante “cada vez se hace más difícil”.
“(Preocupan) las interminables listas de espera que llevan a posponer de manera peligrosa la atención necesaria; y por la carestía de las medicinas que impiden, para muchos, el acceso adecuado a ellas”, señalaron desde la Iglesia.
Y a pesar de que el Gobierno anunció en 2023 que tendría un plan para bajar las listas de espera, lo cierto es que la misma Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE) de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) aseguró que la medida es insuficiente.
Actualmente, más de 1,3 millones de personas están esperando un procedimiento en el sistema de salud pública.
Por otra parte, los Obispos criticaron el Estado de la Educación a nivel nacional.
“Reconociendo la importancia de los aspectos presupuestarios, no puede evadirse la reflexión en torno a las deficiencias en la formación de valores humanos, de las posibilidades de la educación como movilizador social, la distribución equitativa de oportunidades y la calidad de los conocimientos adquiridos por el estudiantado.
Es preciso y urgente buscar compromisos sólidos y adecuados a los retos que enfrentamos. Acompañar al pueblo también en situaciones difíciles. La desigualdad y la pobreza en todos sus ámbitos acontecen entre nosotros sin mayor sobresalto”, puntualizaron.
Como si fuera poco, criticaron la ola criminal que vive el país y las pocas acciones que se están tomando por parte de las autoridades de Gobierno.
“La inseguridad ciudadana, la violencia, el narcotráfico y las distintas manifestaciones de crimen organizado siguen causando profundas heridas en nuestro pueblo. La desprotección de muchos de nuestros niños, de nuestros mayores, de los más necesitados. Las carencias deshumanizantes, las deficiencias de salud mental, tendencia al suicidio… Fortalezcamos los vínculos familiares y los valores constitutivos de nuestra sociedad ¿Estamos cosechando lo que hemos sembrado?
El debilitamiento de los lazos familiares y de los valores que han hecho grande nuestra sociedad, particularmente la fe, están en el origen. Renovemos la valoración de la familia y nuestro compromiso por fortalecer los vínculos familiares. Protejamos a nivel social la familia buscando las mejores condiciones para que se convierta en decisivo factor de protección, de recibir y cuidar la vida, de formar con sabiduría a los niños y jóvenes, de proteger a los más vulnerables”, reflexionaron.
Finalmente, los Obispos dijeron ver “con tristeza la situación del pueblo y la Iglesia en Nicaragua y Venezuela”.
“Pedimos el respeto a la voluntad popular, particularmente de los venezolanos en las últimas elecciones. No se puede ignorar el clamor del pueblo por clarificar su resultado y buscar ante todo la verdad. Es necesario tender puentes, en vez de reprimir las legítimas y pacíficas protestas, para favorecer una transición democrática”, sentenciaron.
CRÍTICAS
En la tradicional homilía de 2 de agosto, el clero apuntó en contra la “corrupción”, “mentiras” y tratar de sacar la cruz de todos los ámbitos sociales.
El mensaje eucarístico fue brindado por Monseñor Óscar Fernández Guillén, Obispo de la Diócesis de Puntarenas. Sin aludir directamente al Poder Ejecutivo, la Iglesia le pidió auxilio a “La Negrita” para que el país “no se contente con un crecimiento económico sin justicia social”.
“Que la honestidad y la honradez enaltezcan nuestras relaciones sociales. Que
Otro llamado que hizo la Iglesia sin referir directamente al Gobierno es a “dejar las banderas políticas” y trabajar en pos de Costa Rica.
En Nicoya, los Obispos aseguraron que el Gobierno tiene “en el abandono” a la provincia de Guanacaste y se hizo un llamado para que las instituciones atiendan los retos afuera de la Gran Área Metropolitana (GAM).