Un principio de los economistas es no poner todos los huevos en una sola canasta y este problema parece asomar a la mente en el caso de Coopeservidores.
Nuevamente, el movimiento solidarista se ve en medio de la angustia, tras revelarse que dentro de la cooperativa está el dinero de 80.000 trabajadores y 350 asociaciones.
Estamos hablando de al menos $75 millones (unos ¢39.150 millones al tipo de cambio actual). Eso no es un vuelto, y es cuando nos ponemos a pensar si se habría gestado una adecuada estrategia de riesgo.
¿Por qué el solidarismo había colocado tanto capital en Coopeservidores? Es una de las preguntas que salta a la vista, de la que solo las organizaciones pueden tener respuesta.
Sin embargo, no solo este sector apostó por dicha opción, porque el Banco Popular y de Desarrollo Comunal también tiene un fuerte ligamen con la entidad intervenida, al igual que otras cooperativas.
Se puede entender que una persona con una mala asesoría financiera decida poner todos sus ahorros en una sola entidad, pero tratándose de instituciones grandes con fuertes inversiones, la estrategia debería ser distinta.
El cómo elegir los instrumentos es todo un tema, aunque se supone que para eso incluso se puede contratar a expertos, máxime cuando se trata de miles de millones de colones.
Para algunos, en la diversificación está la receta, y es triste que en este sentido tampoco haya mucha capacitación. Al final, muchos no saben dónde colocar su dinero para generar un buen rendimiento, pero bajo un riesgo moderado.
No deja de tener razón el solidarismo cuando aduce que los reguladores son quienes deben de estar midiendo el riesgo de un descalabro financiero como el que está ocurriendo, sin embargo, aquí también hay una responsabilidad de quienes toman las decisiones de inversión.
Resulta imposible que el regulado pueda saber de antemano que habrá una intervención, pero al menos hubo algunas señales que pudieron instar a pensar en que se cambiara la estrategia.
¿Qué es lo que nos dice el consejo de los abuelos? Que debemos evitar que todos los huevos se quiebren y en efecto en este caso muchos podrían quedarse sin nada.
Al distribuir las inversiones de diferente manera, no solo se corre un menor riesgo, sino que se pueden explorar otras opciones que finalmente hasta incluso resulten más rentables.
Creemos que el mercado y los mismos reguladores deberían ofrecer información a través de medios más amigables a los ahorrantes e inversionistas para que tomen mejores decisiones.
Ahora lo único que nos queda es aprender de la experiencia y de las otras tantas que se han dado en los últimos años.