Las luchas que hoy se gestan en materia laboral son muy distintas a las que había hace 130 años. En primer lugar, hoy hay 163.000 personas que este 1ᵒ de mayo no tendrán nada que celebrar, pues se encuentran dentro de la población desempleada, y especialmente los jóvenes.
La mitad de las personas desempleadas en Costa Rica tiene entre 25 y 44 años, las edades en que podrían generar una mayor productividad.
Muchas de estas personas hoy tienen un empleo, pero sin derecho a un seguro de salud ni a cotizar para una pensión. A esto se le conoce como mercado informal.
Tampoco los cubre un seguro de riesgos del trabajo en caso de accidente y algunos se ven obligados a laborar más de 48 horas semanales para subsistir.
Por eso el mayor reto que enfrentamos es reducir las brechas que existen en el mercado para conseguir oportunidades de trabajo.
En definitiva, la mayoría de los jóvenes no están saliendo preparados de los centros educativos. Falta que vengan con alguna formación en alguna carrera técnica.
Este tipo de elementos son indispensables para que tengan una mayor oportunidad de contratación. Debería existir una vinculación entre la oferta educativa y la demanda empresarial.
Si bien hay planes orientados en esta dirección e instancias como el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), que son de gran ayuda, se quedan cortas con respecto a las necesidades.
Entendemos que es poco lo que se puede hacer desde las escuelas y colegios públicos, que no forman parte de los programas para enseñanza técnica.
Y ni siquiera se cumple con el 8% del Producto Interno Bruto (PIB) para educación, así que no se puede esperar solventar el vacío pronto.
Es frustrante hablar de aspectos que se vienen tocando desde hace más de 20 años sin que se vea un verdadero cambio. Los programas siguen con las mismas falencias.
Se necesitan habilidades en el manejo de un segundo idioma y un dominio casi total de la tecnología, como un adicional a los conocimientos que se tengan sobre una carrera específica.
Debemos preparar a los jóvenes para hacer frente a los retos del futuro. Hoy el teletrabajo, la inteligencia artificial y la automatización muestran que en tan solo unos años las habilidades requeridas para participar del mercado laboral serán muy distintas.
Hasta hace unos años, lo que hoy estamos viendo nos parecía imposible, pero la tecnología hace que las distancias cada vez sean más cortas.
Tenemos un enorme desafío como sociedad, y esas deberían ser nuestras batallas por librar y nuestros pies de lucha.