Un hombre de apellido Moya fue detenido por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) por delitos ambientales en Los Guido de Desamparados.
El sujeto tenía todo un negocio montado de venta de animales exóticos, especialmente serpientes, por las cuales llegaba a cobrar hasta ¢200 mil según la especie.
Al momento de su captura, cerca de su casa, tenía una serpiente pitón birmana o albina que estaba lista para la venta.
Según el OIJ la investigación inició en abril, luego de recibir una información de que comercializaba las serpientes en redes sociales.
EN CAUTIVERIO
Tras la captura, los agentes judiciales realizaron un allanamiento en su casa, donde fueron halladas al menos tres serpientes más, dos pitones bolas y una boa constrictor.
Según el Dr. Mahmood Sasa, biólogo especializado en zoología del Instituto Clodomiro Picado, estas serpientes no son venenosas y la mayoría son reproducidas en cautiverio.
“Son especies muy reproducidas. Por ejemplo, la pitón birmana o albina es del sureste de Asia, específicamente de la India, mientras que la serpiente bola es africana”, explicó.
La pitón birmana o albina es de color amarilla y puede llegar a medir unos 3 metros. Las hembras ponen de 12 a 36 huevos entre marzo y abril con los cuales se quedarán hasta que nazcan las crías.
Se presume que estas serpientes son utilizadas como mascotas, la mayoría introducidas al país de manera ilegal.
A las serpientes las llevaron a un centro de rescate con el fin de determinar su estado de salud.
El sujeto quedó a las órdenes de las autoridades judiciales, ya que la legislación vigente prohíbe la captura y comercio de la fauna silvestres.