La modalidad de créditos “gota a gota”, también conocidos como “préstamos exprés”, es un fenómeno que ha trascendido fronteras en Latinoamérica, ya que es la manera en que el crimen organizado lava el efectivo que se genera con el tráfico de drogas a pequeña y mediana escalas.
Al parecer, según elementos de prueba que encontraron las autoridades del OIJ y la Fiscalia en los negocios allanados de los hermanos libaneses Elías y Ziad Akl, esta sería la modalidad que les permitió lavar activos a gran escala en el sistema financiero nacional.
PRÉSTAMOS
Según versiones que se manejan en cuanto al tema, el fallecido y su hermano contaban con una estructura de préstamos “gota a gota” bien establecido en Escazú y Santa Ana.
Los ofrecimientos de dinero en efectivo se hacían a taxistas, piratas, choferes de Uber, pulperos y personas dedicadas a cualquier actividad que le generara efectivo diariamente, como son los casos mencionados.
Quienes recibían los préstamos, que se giraban a partir de los ¢100 mil, adquirían el compromiso de depositar diariamente en cuentas bancarias de los extranjeros un monto mínimo de ¢2 mil, con el fin de evadir los controles financieros de entidades bancarias y la Sugef, ya que estos depósitos pasan inadvertidos en el sistema financiero nacional, pero le permitía a esta estructura recibir dinero proveniente de actividades ilícitas.
GIMNASIO
La investigación detalla que la base de operaciones de la empresa de préstamos estaba en un gimnasio propiedad de Elías Akl en Guachipelín de Escazú.
A ese lugar llegaban los interesados en solicitar un crédito, para ello debían facilitar datos personales sensibles, acto seguido se les giraba el dinero en efectivo.
Según informaciones sobre este caso, en el gimnasio hallaron unas 1.200 cedulas de identidad que recolectaban los libaneses para contar con el registro de los clientes que diariamente debían depositar el pago respectivo.
Al igual que la modalidad internacional de préstamo “gota a gota”, estos hombres cobraban altos intereses en caso de atraso en los pagos. Contaban con una tabla que oscilaba entre los ¢4 mil y ¢13 mil diarios dependiendo de los días de atraso y de no concretarse el pago optaban por cobrar violentamente las deudas adquiridas por sus clientes.
INMOBILIARIA
AYK Consulting es una empresa de bienes raíces con sede en San Rafael de Escazú y forma parte de las empresas que manejaban Elías Akl y su hermano.
Esta inmobiliaria era parte de una estructura de sociedades anónimas a nombre de un testaferro y mano derecha del libanés fallecido que le permitió adquirir propiedades en Escazú.
Esta empresa no cuenta con actividad financiera reconocida y se presume que también era parte de una estructura financiera que les permitió adquirir cinco propiedades de alto valor en zonas exclusivas al oeste de la capital.