La Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) aseguró que cada vez son menos los venezolanos que ingresan a Costa Rica. No obstante, se presenta una mayor afluencia de migrantes de Haití, Ecuador, India y países africanos como Togo, Nigeria o Burkina Faso, por mencionar algunos.
Así lo aseguraron Marlen Luna Alfaro, viceministra de Gobernación y directora de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), junto con Alonso Soto, subdirector de la Policía de Migración, ante la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa.
De acuerdo con información de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), por la zona fronteriza de Paso Canoas han transitado 195.200 personas. No obstante, Luna dijo que la cantidad de venezolanos en el país “no pasa de 900”.
“En el mes de octubre, se tuvieron llegadas de más de 4 mil personas. El comportamiento ha bajado significativamente. Ahora se reportan llegadas de 400 personas, pero la mayoría no son de nacionalidad venezolana como en los meses anteriores. Los cambios en las políticas estadounidenses desincentivaron el paso migratorio venezolano, pero no así los procesos migratorios que desde el 2016 se han mantenido de otras nacionalidades como haitianos, ecuatorianos, personas de la India y países africanos como Angola, Camerún, Senegal, por mencionar algunos”, externó Soto.
“Según nuestros reportes, son menos de 4.000 personas las que han decidido retornar, principalmente a Panamá. Casi 900 han salido por aeropuertos de Costa Rica y devolviéndose a su país de origen. El Gobierno de Panamá emprendió un programa muy agresivo y han sacado 25 vuelos humanitarios con casi 6.000 personas. Eso ha hecho que personas que estaban varadas en la región decidieran retornar”, mencionó Luna.
“Al bajar la cantidad exagerada de venezolanos, se evidenció la cantidad de personas de distintas nacionalidades que también estaban pasando. Otras nacionalidades tomaron un poco de aire y decidieron enrumbarse por tierra”, añadió la funcionaria.
En cuanto a los que continúan su paso al norte, Soto mencionó que las dinámicas de salida de migrantes han cambiado: Los extranjeros ya no prefieren salir por La Cruz sino por el puesto fronterizo de Tablillas en Zona Norte.
Otros se están devolviendo hacia la Gran Área Metropolitana (GAM) y están buscando retornar hacia Sudamérica. “(…) Desde el 12 de octubre, se ha venido dando un proceso (migratorio) de decrecimiento e inverso: Entran por Peñas Blancas y están saliendo por Paso Canoas. Esto buscando la forma de llegar a su país de origen, sea Venezuela, Colombia, Ecuador u otros”, explicó.
¿Y LOS DE CALLE?
Luna mencionó que los venezolanos que están en las calles de nuestro país se encuentran “muy confundidos” y “a la deriva”. “Unos no saben si continuar, otros no saben si devolverse. Buena parte no sabe qué hacer. Nosotros arrancamos operativos calle y control migratorio donde les pedimos que nos indiquen si necesitan ayuda: Tenemos albergues en el Sur y en el Norte con alimentación, dormitorio y atención médica”, detalló.
“Nosotros les estamos diciendo que tomen decisiones: Si quieren seguir, nosotros les ayudamos con transporte hacia la Frontera Norte o si se quieren devolver hacia la Frontera Sur. Estamos sacando dos buses diarios hacia el Norte. ¡Son decisiones personales! Queremos ayudarles. No les estamos poniendo un plazo aún, pero llegará el momento donde no seríamos tan tolerantes”, añadió.
POCA GENTE
A pesar de que hay menos chamos entrando, las autoridades de Migración afirman que tienen poca gente para atender los flujos de personas.
“(…) En la zona de Los Chiles, tenemos ocho oficiales operativos que son los que atienden la dinámica de salida de personas migrantes. En la Zona Sur, tenemos una cantidad que no supera los ocho oficiales por cada una de las jornadas laborales para atender el ingreso de las personas”, comentó.
“Actualmente, tenemos 501 oficiales que están tratando principalmente dos prioridades: ingreso y egreso regular, así como otro tipo de procesos.
Por su parte, el subdirector de Migración consideró que, debido a la alta porosidad de las fronteras, “apenas se hacen registro en algunas zonas” y en suelo nacional se llevan 27 mil personas registradas de forma aleatoria.