Clisman Gerardo Bravo Martínez, de 25 años, falleció cuando caminaba por San Rafael de Siquirres, Limón, y fue víctima colateral de una balacera que se efectuó afuera de un bar.
Bravo Martínez era un joven que trabaja en una empresa dedicada a la producción de jugo de piña y puré de banano en Limón, y también era uno de los líderes en la pastoral juvenil diocesana de Limón.
¿QUÉ PASÓ?
Bravo Martínez pasaba cerca del bar La Pelotera, en Siquirres, mientras se dirigía a comprarle comida a sus cuilos a eso de las 5 p.m. cuando, aparentemente, se bajaron cuatro cacos de un Hyundai Accent gris e iban supuestamente ejecutar a un hombre llamado Luis Gerardo Williams Arroyo.
Bravo Martínez, para su desgracia, caminaba por el lugar justamente cuando los antisociales pretendían toma la vida de Williams y con AK-47 emprendieron una lluvia de bala que dejó a ambos involucrados muertos.
Tras cometer el acto, los cuatro sospechosos se dieron a la fuga y los detuvieron cerca de donde cometieron el homicidio, ya que se toparon con un retén que realizaba la Fuerza Pública en la zona. Según la oficina de prensa del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), esta balacera se dio por problemas de territorio para la venta de droga, pues de acuerdo con el Ministerio de Seguridad Pública, Williams tenía amplio expediente judicial por venta y distribución de estupefacientes.
UN JOVEN QUERIDO
DIARIO EXTRA habló con Jennifer Bravo, hermana del fallecido que, entre lágrimas, contó lo sucedido.
“Él era excelente, era muy metido en la iglesia, siempre fue muy atento a ayudar, no había una sola Teletón a la que no asistiera, el hacía la romería también caminando hasta San José y se iba para la basílica, era demasiado cariñosos con nosotros.
Para nosotros ha sido muy difícil, fue muy inesperado. Ayer cuando yo salí de la casa incluso él todavía estaba aquí, yo salgo y llevo a mi hijo al entrenamiento y en cuestión de una hora yo veo el teléfono lleno de mensajes y ya ahí me di cuenta”, comentó.
Mi mamá está destrozada, como cualquier madre lo estaría, ella todavía lo espera, ella espera que llegue, que regrese, ella necesita verlo porque no lo ha podido ver, para ella esto es como si fuera mentira. Ahora que fuimos a ver la caja fue muy duro porque ella jamás imaginó que iba a tener que enterrar a un hijo”, lamentó.
Gerardo Bravo, padre del fallecido, habló acerca de esta gran pérdida: “estamos viviendo esta tragedia que no nos esperábamos, ayer cuando llegué de trabajar él estaba con sus cuilos y casi a las 6 p.m. se alistó para ir a comprarles lechuga y lo que comen los animales, pero, deay, por mala suerte se topó con esto.