Honduras. (AFP) – La jirafa “Big Boy” murió el año pasado. El tigre “Isaac” corretea escuálido en su jaula. El abandono y la desnutrición se ciernen sobre los 200 animales de un zoológico abierto en Honduras por empresarios ligados al narcotráfico e incautados hace 10 años.
Emulando al traficante colombiano Pablo Escobar con su hacienda Nápoles, los jefes del cartel hondureño Los Cachiros abrieron en 2010 su zoológico con una jirafa, leones, tigres, leopardos, cebras, hipopótamos, avestruces, camellos, llamas, tapires, monos y otras especies.
Situado entre las montañas cercanas a Santa Cruz de Yojoa, 150 kilómetros al norte de Tegucigalpa, el parque Joya Grande, de 12 hectáreas, llegó a tener 500 ejemplares de 58 especies y recibió muchos visitantes cada día.
Pero con la caída de los narcos, el zoológico fue decomisado en 2013 y pasó entonces a manos de la Oficina Administrativa de Bienes Incautados (OABI) estatal.
Esta agencia inicialmente alquiló el parque a la bióloga María Díaz, hasta entonces encargada de cuidar a los animales, sin embargo, en 2021 le quitó la concesión por atraso en los pagos.