Los problemas derivados del hackeo que sufrió la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) llegaron a su tercera semana, mientras los expendedores de combustibles reportaron pérdidas significativas para el sector.
José Miguel Masís, director ejecutivo de la Cámara de Empresarios del Combustible (CEC), indicó que la situación se complicó debido a la falta de una solución, lo que acumuló costos adicionales en los estados financieros de las empresas. Masís explicó que, tras la caída de los sistemas, las filas para suplirse de combustibles alcanzaron hasta 26 horas de espera.
“Algunos expendedores utilizaron sus propios camiones cisterna, lo que implicó pagar horas extras por el tiempo adicional requerido para obtener combustible”, detalló.
Afirmó que los comerciantes que subcontrataron el servicio de transporte enfrentaron un aumento en los costos, ya que los proveedores comenzaron a cobrar más por las horas adicionales que dedicaban a cargar un solo camión.
En ambos casos, el impacto financiero recayó directamente en los expendedores.
“Al inicio, este tema no parecía tan preocupante, pero 13 días después del inicio de esta crisis, ya genera serios inconvenientes”, comentó Masís.