El sistema penitenciario terminará el 2024 con un hacinamiento carcelario de un 21%, de acuerdo con cifras suministradas por el Ministerio de Justicia y Paz.
Entre fin y principio de año se sumarán un total de 17.000 reos en las prisiones, de estos 3.700 son indiciados, es decir, que están a la espera de una sentencia.
“El Estado y la proyección coinciden en algo muy sencillo: no nos cabe un privado de libertad más en las cárceles del país”, indicó Juan Carlos Arias, viceministro de Justicia.
A pesar de las diversas críticas que ha recibido el Ministerio por la falta de espacios carcelarios, Arias manifestó que no sacarán de las celdas a los reos peligrosos.
“Hemos confirmado categóricamente que nosotros no vamos irresponsablemente a hacer liberaciones”, añadió.
El principal reto de las autoridades en este tema es luchar contra la cantidad de personas que están ingresando por año a las cárceles, que en promedio es de 1.200.
“Cada vez tenemos una tasa de prisionalización más alta, lo cual está bien en la lucha contra el crimen organizado, pero también es importante trabajar la parte preventiva”, aseguró.
La más inmediata solución en temas de infraestructura para disminuir el hacinamiento es la construcción de una cárcel proyectada con una capacidad de 900 privados de libertad, con recursos del Banco Interamericano de Desarrollo.
Además, como parte de las medidas de contención alternativas, destacó la aplicación del monitoreo electrónico, para evitar que estén llegando más a las celdas.
Otra de las formas es la participación de los reos en diversos programas con organizaciones para su resocialización.
Desafíos
Evitar que las prisiones sigan siendo los famosos “centros de llamadas” para estafar a la gente es uno de los principales desafíos que tienen las autoridades.
Sumar recursos policiales penitenciarios es otro de los retos que señala Arias, debido al ambiente que se desarrolla en las cárceles. “Hemos dicho que contamos con muy poca Policía Penitenciaria. Lograr todas las mejoras posibles en materia de infraestructura y condiciones con que estos pocos funcionarios nuestros ejercen su trabajo”, afirmó.
Asimismo, otro de los desafíos es invertir más en prevención, no solo priorizar en la represión, con la intención de que menos lleguen a las cárceles.