Para mantenerla por debajo del 60% en relación con el PIB
El ministro de Hacienda, Nogui Acosta, buscará reducir la presión de la deuda para el 2025 y mantenerla por debajo del 60% en su relación con el Producto Interno Bruto (PIB) y así aumentar la inversión social.
El jerarca resaltó que durante gran parte del año la relación entre la deuda y el PIB ha estado por debajo del 60%. Actualmente se encuentra en el 59,7% de ese indicador, pero reconoce que se debe tener más disciplina fiscal.
Si la deuda baja, explicó, es importante por dos razones: la primera tiene que ver con que manteniéndose por debajo del 60% se descongela el gasto de capital.
Esto quiere decir que el Estado presupuestaría más dineros al desarrollo de infraestructura e inversión de las diferentes entidades, como por ejemplo la infraestructura pública.
Entre los elementos que destacó para reducir la presión fiscal, el ministro destacó mantener por tercer año consecutivo un balance primario (que consiste en restar los ingresos que recibe el gobierno menos los gastos sin incluir los pagos de la deuda).
Eso sí, este balance ha venido reduciéndose anualmente porque en 2022 representaba un 2,3% del PIB, en 2023 un 1,7% y en 2024 un 1,3%.
Acosta explica que esto se debe a que este año se trabajó más para aumentar el gasto social, además de que se pagó el retroactivo a los funcionarios públicos que se debía desde 2020.
No todos los expertos comparten el optimismo de Acosta.
Para el economista Gerardo Corrales, el balance de 2024 es preocupante porque “si se comparan los primeros nueve meses de este año con los de 2022, los ingresos totales del Gobierno caen un 0,2%, esto mientras los gastos corrientes crecen un 9%”.
La segunda está relacionada con la mejora de la calificación de los riesgos de la deuda soberana y eso impactaría finalmente en las tasas de interés que paga el Gobierno.